@AritzIntxusta

La lluvia borra la marca de Navarra Suma en el cierre de la campaña

El acto de cierre de campaña de Navarra Suma estaba pensado para el Caballo Blanco, pero una inoportuna llovizna ha forzado a cambiar el escenario. Al final, los candidatos de la coalición se han apiñado en la sala de prensa de la sede de UPN. En la práctica, no son otra cosa.

Cierre de campaña de Navarra Suma. (@aritzintxusta)
Cierre de campaña de Navarra Suma. (@aritzintxusta)

Ha roto el hielo Ruth Goñi, cabeza de lista al Senado, y la única que es verdaderamente diferente al resto. Goñi entró en política con Ciudadanos y mantiene cierto aire de ingenuidad que contrasta enormemente con la extensa experiencia de quienes le acompañan. La aspirante a senadora ha dicho que la campaña se le ha quedado corta, ha tirado del discurso de los «constitucionalistas» frente a los que no lo son.

Goñi ha dicho que estas elecciones resultan trascendentales en el sentido de que está en juego la «esencia de Navarra». Ha defendido una «Navarra leal y foral». Y ha señalado que la ciudadanía navarra está rota en dos mitades, si bien la fractura no es de la misma profundidad que en Catalunya.

Si en algo ha fallado el discurso de Goñi ha sido a la hora de presentar al siguiente orador, Sergio Sayas. La de Ciudadanos ha asegurado que ambos han sido «como gemelos» en los actos de campaña.

La elección de Sayas como cabeza de lista al Congreso recuerda un poco a la de Pablo Casado en el PP. Al menos, da la sensación de que en ambos procesos han pesado más las luchas de poder dentro del partido que la elaboración de un proceso selectivo en busca del mejor candidato. Detrás de Sayas había personas de una valía política y oratoria muy superior: Alberto Catalán, Carlos García Adanero y Amelia Salanueva. Lo cual no quita para que pareciera un cementerio de elefantes, puesto que todos en su día zancadillearon o rivalizaron con el actual presidente de UPN, Javier Esparza.

Sayas ha apelado a la unidad a la idea de «sumar» y ha defendido que su coalición es la «única alternativa para parar al nacionalismo en Navarra y en España». Ha asegurado que este es un «momento excepcional» y que todo el mundo está acogiendo «con ilusión» la arriesgada apuesta de unir bajo una misma sigla al regionalismo de UPN con un partido contrario abiertamente a la existencia de una Hacienda en Nafarroa.

Punto y seguido, un discurso reaccionario

Ha cerrado el acto el líder de la coalición, dejando claro que la campaña que termina hoy solo es un punto y seguido. Javier Esparza ha centrado sus palabras en clave local. Y si bien su proyecto económico es exactamente el que llevaba UPN hasta la crisis (bajada de impuestos, Canal y TAV, principalmente) el tono ha cambiado y resulta mucho más radical.

Esparza ha vestido la necesidad de reagrupar a todas las viejas facciones de su partido con un discurso terriblemente beligerante. Hay que votar a Navarra Suma porque «es lo que más les duele» a personas como «Uxue Barkos o Bel Pozueta».

Ha dicho que el euskara es una imposición y que no quiere «ver pasar más a la Korrika con ikurriñas y banderas de los presos de ETA». Tampoco quiere que siga Skolae y ha prometido que acabará con este plan de formación en Igualdad, puesto que prima el derecho de la familias.

Esparza ha lanzado vetos a un pacto con «independentistas, nacionalistas y populistas». Ya en el turno de preguntas, se le ha requerido a ver por qué no ha incluido a Vox entre estos sectores con los que no pactarán. El líder de Navarra Suma ha dicho que él incluye a Vox entre los populistas.