¿Cómo ha afectado el caso Oncineda a la actual legislatura?
Lo ha marcado por completo, tanto que nos jugábamos la intervención de las cuentas de la ciudad para los próximos años. Ello conlleva la pérdida de iniciativas y capacidad de mejorar una ciudad que, además, permanecía parada en el tiempo por las incompetentes políticas desarroladas anteriormente.

¿En qué fase se encuentra ahora?
Todavía no ha terminado. Queda un largo recorrido judicial con las dos constructoras que iban a salir muy beneficiadas por unas decisiones de UPN y PSN que, en palabras del Consejo de Navarra, cedieron ante el interés privado. Anulando los convenios y anexos nos hemos librado de lo peor pero las indemnizaciones pueden ser todavía millonarias.

¿Cuáles son los principales proyectos que se han llevado a cabo en el Ayuntamiento de Lizarra?
Imposible enumerarlos todos. Destacaría la recuperación de edificios abandonados como el antiguo Ayuntamiento, hoy oficina de turismo y futuro museo de la ciudad, el Espacio Cultural Los Llanos, hoy pulmón cultural y de ocio de la merindad. Por otro lado, recuperamos asimismo el edificio de la estación, hoy sede de colectivos populares, la plaza de toros, hoy Plaza de Tod@s, zona de socialización y esparcimiento canino 350 días al año, o el hospital viejo, que hoy alberga el Txoko Feminista, el Gaztetxe y donde se han iniciado las obras de catorce viviendas sociales.También destacaría la reversión para lo público de la antigua zona azul que actualmente está regulada por un sistema de lectura de matrículas por el cual hay 90 minutos gratis para aparcar en la zona comercial.

¿Han desarrollado más políticas de servicios que en materia urbanística?
Sí y no. Hemos desarrollado muchas iniciativas urbanísticas pero precisamente para un fin social. A los edificios ya nombrados hay que añadir solares abandonados que, vía convenio con sus propiedades particulares, ahora son plazas de socialización, pista multideportiva o aparcamiento. Por supuesto, nuestra prioridad siempre será el bienestar y la dignidad vital de nuestras vecinas y vecinos, por eso hemos ampliado la plantilla de trabajadoras familiares, nuestro proyecto de Empleo Social Protegido ha visto mejoradas las condiciones salariales de quienes participan en él y hemos asumido un programa de activación juvenil que antes desarrollaba la asociación Nuevo Futuro, entre otras muchas cosas. Hoy ya se están construyendo 34 viviendas sociales del Gobierno de Navarra –fruto de nuestro trabajo–, dos de las cuales las gestionará directamente el Ayuntamiento para posibles emergencias habitaciones. Hay mucho que hacer todavía pero algo que podemos decir con orgullo es que Lizarra, durante esta legislatura, ha sido una ciudad sin desahucios.

La prensa del Régimen, en cambio, ha dibujado una ciudad apocalíptica. ¿Estos ataques denotan cierto nerviosismo?
Totalmente. Las derechas ven que su modelo de pelotazo urbanístico y amiguismos se difumina entre la multitud de iniciativas desarrolladas, que han llenado de color la ciudad y su ciudadanía. Solo les queda la difamación constante, los ataques personales, las filtraciones interesadas y los clichés superados hace años por las vecinas de Lizarra. Quien vive en Lizarra ya nos conoce, nos ha visto trabajar, sabe que hemos cambiado la ciudad y no se dejará engañar por los medios de comunicación del Régimen.

¿Qué importancia tiene revalidar el cambio en Lizarra, como capital de la Merindad?
Cuando desde el PSN proponen constantemente revertir las municipalizaciones y ejercen como mamporreros del actual equipo de gobierno plural y progresista, ya están avisando de lo que pasará si les dan los números con Navarra Suma, que volveremos a lo de siempre, a lo que la ciudadanía decidió desterrar hace 4 años. A las políticas de derechas. Nosotros y nosotras somos de derechos para todas las personas. Eso nos jugamos, políticas de derechas o de derechos. Estoy convencido de que la ciudadanía decidirá lo segundo y, en ese escenario, EH Bildu es el que más garantías ofrece para avanzar más y mejor.