Arnaitz Gorriti

Campazzo se viste de anotador para guiar el triunfo del Real madrid en el primer partido de la final de la Liga ACB (87-67)

Un acrobático Campazzo suelta el balón frente a Tomic. El base argentino ha vuelto loco al Barça. (E. COBOS / ACB PHOTO)
Un acrobático Campazzo suelta el balón frente a Tomic. El base argentino ha vuelto loco al Barça. (E. COBOS / ACB PHOTO)

Si el que da primero da dos veces, lo cierto es que el Real Madrid ha dado con todas las de la ley para revalidar el título de la ACB. Los merengues ha  pasado por encima del Barça por 87-67, un partido capitaneado por Facundo Campazzo, que aparte de anotar 19 puntos, ha sido el faro madridista en todo momento y el muro de un Barça que ha tardado en exceso en tomarle la temperatura a la Final de la Liga ACB.

No ha podido empezar mejor la finalísima para los de Pablo Laso que con un «tres más uno» de Randolph, más dos grandes defensas. Cinco puntos más de Campazzo han sellado el 9-0 para los blancos, al tiempo que el Barça ha tardado casi cuatro minutos, por medio de Ribas, en anotar su primera canasta.

Los de Pesic han respondido con un parcial de 2-8, haciéndose fuertes en la pintura, con un regalo para la vista como el mate de espaldas que ha colocado Claver. Espectacularidades al margen, no han dejado de ser minutos de tanteo, con el Barça ideando un juego dinámico para Tomic con tal de hacer sacar a flote las carencias de movilidad de Tavares, al tiempo que Sergi Llull ha sustituido a Campazzo de la mejor forma, como es sacándole un «dos más uno» a Heurtel.

La entrada de Hanga y Oriola le ha supuesto una buena mejoría a la defensa culé, sobre todo de los bloqueos directos, aunque la iniciativa en el primer cuarto no ha dejado de pertenecer al Real Madrid, sobre todo gracias al tremendo acierto con el que Llull, autor de 9 tantos en el primer asalto, ha entrado en la cancha: 22-17.

Por cierto, que Ayón se ha librado de ver una antideportiva en estos primeros minutos, después de atizar un involuntario manotazo en la cara a Adam Hanga, detalle que al exbaskonista no le ha hecho ni pizca de gracia.

Tampoco le habrá hecho gracia al magiar el arranque de Rudy Fernández en el segundo asalto, encadenando dos triples para que los de Pablo Laso se hayan marchado 30-19, provocando la primera alerta roja de Svetislav Pesic, al que seguro tampoco le habrá sacado la menor sonrisa el bombardeo triplista del Real Madrid mientras que los suyos no han podido atinar desde lejos ni aun lanzando solos, en un grado de acierto inversamente proporcional al mostrado en semifinales.

El Barça ha empezado a impacientarse antes de hora, de forma que ha fallado todavía más lanzamientos, amén de perder más balones de la cuenta. Tanto es así, que el conjunto merengue ha llegado a escaparse con 15 puntos de diferencia, 38-23, con la segunda unidad madridista anotando canastas sueltas.

En cualquier caso, el primer triple culé, obra de Singleton, ha desatascado el ataque del Barcelona, por no hablar el haberse librado del incordio defensivo que supone Rudy Fernández, apartado con tres personales.

Sin embargo, la irrupción de Facundo Campazzo al borde del descanso con dos triples consecutivos ha supuesto un nuevo arreón ante el que no ha podido responder el conjunto blaugrana, llegándose al receso con un incontestable 47-32 en el marcador. Incontestable por el 8 de 16 en triples de los de Pablo Laso, mientras que el cuadro catalán ha firmado un tristísimo 1 de 7.

El muro Tavares

El acierto triplista ha acudido al rescate del Barça en el tercer cuarto, pero ni así ha sido capaz de reducir su desventaja por debajo de los diez puntos. El Real Madrid ha vivido de la sociedad formada entre Campazzo y Tavares, así en ataque como en defensa, donde la intimidación del caboverdiano ha sido uno de los factores capitales de la truncada remontada culé, que se ha tenido que conformar con llegar vivo al cuarto final: 63-52.

Pero a diferencia de lo que ocurría en la primera mitad, el Barça se ha visto incapaz de atinar desde cerca de aro, asustado el cuadro blaugrana por los largos brazos de Tavares y Randolph. Además, los de Laso han conseguido rachas de distintos hombres para diversificar su anotación, sumando hasta cuatro jugadores en esos 30 primeros minutos sumando 10 puntos o más.

Ese muro del doble dígito ha sido el primero que los de Svetislav Pesic han tenido que romper. Pero tras la primera canasta obtenida por Kuric, el Real Madrid ha replicado con un parcial de 8-0, parcial cosechado entre Jeff Teylor y Fabiel Causeur, disparando al Real Madrid con un 71-54, siendo esta la máxima renta de los merengues y provocando un tiempo muerto casi a la desesperada del técnico del Barça.

Un «dos más uno» de Causeur sobre su excompañero en el Baskonia Heurtel ha supuesto la máxima ventaja del Real Madrid, 74-54, pero el Barça, en un ataque de orgullo liderado por el propio Heurtel, ha acertado a responder con un parcial de 0-7, suficiente para que Pablo Laso haya decidido parar el tiempo, pero insuficiente en apariencia para soñar con una remontada.

Facundo Campazzo, serio candidato al MVP de la Final si es que mantiene el nivel de este primer partido, ha sido el otro muro de contención contra el que se ha topado el Barça. Cuatro tiros libres del argentino, más una asistencia suya para el triple de Taylor ha supuesto la puñalada de gracia para el bando culé, aparte de la eliminación por faltas de un Ante Tomic precipitado en defensa.

Campazzo: «El Barcelona jugará mejor el lunes»

Cuando no le da por lesionar a los rivales Facundo Campazzo es un jugador fenomenal, como se ha visto en este arranque de la Final de la Liga ACB. El base argentino ha vuelto loco al Barça, pero ha preferido ser cauto de cara al partido del lunes. «Hicimos un partidazo.

Es mérito nuestro esta diferencia, pero sabemos que es algo mentiroso, porque no hay 20 puntos entre nosotros y el Barcelona. El equipo ha hecho un gran partido, con cinco jugadores con más de 10 puntos, lo que habla de la solidaridad del grupo. Pero hay que darle vuelta a la página, porque sabemos que el lunes el Barcelona jugará mejor», ha declarado, tratando de contener toda clase de euforia.