El ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, ha remarcado que el Estado de derecho debe luchar con «todos los medios» contra la violencia ultraderechista, un «peligro creciente» en Alemania, según ha advertido.

Seehofer ha realizado estas declaraciones en una rueda de prensa sobre la muerte de Walter Lübcke, defensor de la acogida de refugiados, quien murió tras presuntamente recibir un disparo en la cabeza de un neonazi por motivos políticos.

«La ultraderecha es un creciente peligro para nuestra sociedad», ha alertado Seehofer, que ha calificado de «señal de alarma» lo sucedido, porque un ataque a un «representante político» es un ataque «contra todos», contra «nuestro Estado, nuestro sistema democrático y de libertades».

El ministro, que ha remarcado que es «la hora de los investigadores», ha añadido que «por el momento no está claro» si el presunto autor actuó en solitario o si es parte de un grupo o de una «red» ultraderechista.

El contexto de la muerte, ocurrida el 2 de junio -aunque la detención no se produjo hasta este pasado fin de semana tras una prueba de ADN-, aún no ha sido totalmente aclarado, pero hay indicios «suficientes» contra el detenido, ha asegurado Seehofer.

El presunto autor, ha precisado, fue muy activo en la escena ultraderechista en las décadas 80 y 90 –en 1993 lanzó un explosivo contra un albergue de asilados, sin causar víctimas.

El presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), Thomas Haldenwang, ha subrayado que el detenido tenía toda una «carrera ultraderechista», pero ha reconocido que el último registro en las actas de la inteligencia del interior eran de 2009.