Además, en 2018 recibió 385 nuevas demandas de atención en el servicio de acogida y valoración inicial, de las que 215 finalizaron en un ingreso en alguno de los recursos de tratamiento.

También, en el servicio de atención individual en la prisión de Iruñea, se recibió un total de 45 demandas.

Respecto al tipo de perfil de usuario, un 82 por ciento de las personas atendidas fueron hombres frente al 18 por ciento de mujeres, según ha expuesto Cristina Illescas, directora del centro de atención ambulatoria Aldatu en una conferencia de prensa de presentación de la memoria del 2018 de esta entidad.

La edad media en los hombres fue de 35,9 años mientras que en las mujeres fue de 44, 6 años.

En este sentido, ha advertido que en 2018 aumentó la presencia de mujeres respecto a otros años y, así, desde la fundación se tiene «la impresión de que las mujeres tienen más dificultades para acceder y permanecer en los tratamientos”»
«Culturalmente está peor visto que una mujer tenga problemas de adicción y esto hace que ellas oculten su problema», ha apuntado.

Por tanto, ha explicado que en el 2018 se impulsó un grupo de trabajo para facilitar el acceso al tratamiento de las mujeres, su permanencia en los centros de esta entidad y que puedan realizar «recorridos específicos».

De esta manera, el consumo en las mujeres se asocia a situaciones depresivas, de mucha presencia de abuso de psicofármacos y, al acudir más tarde, las consecuencias son «mucho mayores», al llevar más tiempo «con el problema de consumo en activo».

Asimismo, la sustancia principal que motiva la demanda es el alcohol, si bien en la mayor parte de los casos se ha detectado un consumo simultáneo de varias sustancias.

Illescas ha detallado que en 2018 se desarrolló un programa de tratamiento para personas con adicción al juego y así un 11 por ciento de las admisiones a tratamiento, en el programa ambulatorio, se debieron a esta causa.

De igual modo, ha advertido de la «importante asociación» entre la adicción a las drogas y los problemas asociados al juego.

Por su parte, el director de FPHN, Alfonso Arana, ha precisado que en 2018 la fundación tuvo unos ingresos de 1.767.756 euros, unos gastos de 1.741.909 euros y un saldo positivo de 25.846 euros.

Ha explicado que este año se ha firmado un nuevo concierto social con el Gobierno de Nafarroa que otorga «seguridad» a la fundación porque le permite tener «un horizonte de nueve años» y «poder planificar económicamente a medio plazo».

No obstante, ha señalado que el número de plazas cubiertas con este concierto no llega al 20 por ciento en el tratamiento ambulatorio y supone el 80 por ciento del residencial.

«Habría que intentar avanzar en mejorar el porcentaje de plazas concertadas para siguientes conciertos», ha recalcado.

Arana también ha anunciado que FPHM consiguió el pasado año el sello ‘ONG Acreditada’ de la Fundación Lealtad, un distintivo que reconoce el cumplimiento de principios de transparencia y buenas prácticas.