Ramón Sola

El portavoz Remírez, «sin reproches» tras los insultos a Chivite en Berriozar

Las increpaciones ultras a la presidenta navarra, María Chivite, en el homenaje a una víctima de ETA en Berriozar han sido tema destacado en la primera rueda de prensa del portavoz del Ejecutivo. Javier Remírez ha evitado «reproches» pero también «instrumentalizaciones».

Chivite, rodeada de cargos de la derecha en un acto de la Guardia Civil en Iruñea. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)
Chivite, rodeada de cargos de la derecha en un acto de la Guardia Civil en Iruñea. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Los insultos como «traidora» recibidos por María Chivite en uno de sus primeros actos públicos como presidenta navarra, el homenaje al teniente Francisco Casanova el pasado viernes en Berriozar, han sido valorados en su primera rueda de prensa por Javier Remírez. Se confirma de paso como el auténtico hombre fuerte del Ejecutivo Chivite, ya que es vicepresidente y asume también áreas como Presidencia, Interior y Autogobierno.

Sobre esas increpaciones, Remírez ha evitado entrar en polémicas subrayando el «compromiso de la presidenta con las víctimas de ETA», que ha ejemplificado en que históricamente han acudido a ese homenaje de Berriozar a este guardia civil. Ha hablado de que se mantendrá la «colaboración máxima» con esas víctimas, y ha dicho que pese a los insultos no tienen «ninguna actitud de reproche», aunque también deploran la «instrumentalización» de este tema y «llamamos a la reflexión».

Al portavoz se le ha preguntado incluso cómo está el ánimo de Chivite tras ese rifirrafe. «La presidenta tiene las ideas muy claras y ningún incidente va a hacer cambiar su compromiso cívico», ha dicho Remírez.

«En las garras de los proetarras»

Este acto de Berriozar es organizado por un colectivo de posiciones muy radicales, Vecinos de Paz, que de hecho ha tenido participación importante en las movilizaciones de estos últioms años contra el cuatripartito que lideró Uxue Barkos en el Gobierno navarro. En el propio comunicado, la portavoz Maribel Vals cargó contra el PSN por no aliarse con los partidos constitucionalistas: «La sorpresa ha sido mayúscula porque se han echado en garras de los proetarras, cometiendo una gran ignonimia y una auténtica humillación a los cerca de mil asesinados por ETA», dijo Vals.

Lo ocurrido el viernes fue denunciado el día siguiente por el PSN, que habló de gritos aislados de «traidora» y algunos reproches añadidos al terminar el acto. Su secretario de Organización, Ramón Alzórriz, se dirigió a UPN para que «abandone la deriva extremista y radical y apueste por la convivencia».

La secretaria general de UPN, Yolanda Ibáñez, respondió acusando al PSN de «cinismo político, tras haber apostado por gobernar con las fuerzas más extremas y radicales que hay, tanto en la izquierda como en el nacionalismo».