Aritz INTXUSTA

El nuevo consejero Remírez seguirá la senda de Beaumont para quitar Tráfico a la Guardia Civil

Javier Remírez afirma que tiene la esperanza de que la competencia de Tráfico se haga efectiva en esta legislatura. El compromiso que adquirió el presidente español, Pedro Sánchez, implicaría la sustitución de todos los efectivos de la Guardia Civil adscritos a Tráfico por un centenar de policías forales. 

Javier Remírez, durante la jura del cargo. (Jagoba MANTEROLA)
Javier Remírez, durante la jura del cargo. (Jagoba MANTEROLA)

La asunción de las competencias de Tráfico está en la agenda del actual Gobierno navarro. Al cierre de la legislatura pasada, todo parecía cerrado. Pero en el último momento, a Madrid se le quebró la voluntad de cumplir el compromiso. La excusa que dio Sánchez es que, estando en funciones, no se podía acometer una transformación de tal calado.

La visita del ministro Fernando Grande-Marlaska de este lunes no hizo sino ahondar en las incertidumbres. El titular de Interior visitó a los dos cuerpos que tiene bajo su mando en Nafarroa, dedicando el doble de tiempo a escuchar a los guardias civiles que a los policías de la calle Chinchilla. Grande-Marlaska insistió en que la presencia de Guardia Civil «no corre peligro» en Nafarroa, pero se quedó ahí. Esquivó el tema concreto del Tráfico apelando a que lo importante está en la «coordinación entre cuerpos». 

El encorsetado formato de rueda de prensa que escogieron el ministro y la presidenta no permitió ahondar más. María Chivite se atrincheraba en el argumento de Sánchez de que mientras el Gobierno esté en funciones no hay nada que negociar.

Cierto es que Chivite pareció la última en enterarse de que había un compromiso entre Geroa Bai y el presidente español para que la Policía Foral sustituyera a la Guardia Civil. Un día antes de que se formalizara el anuncio en una rueda de prensa en La Moncloa, Chivite protagonizó un sonado rifirrafe radiofónico con Maiorga Ramírez en el que negaba que Nafarroa estuviera preparada para asumir esta responsabilidad. 

Los planes de Beaumont

El consejero Remírez, en la presentación hoy de sus planes para la legislatura ante el Parlamento, ha dejado claro que la visión que tienen ahora es diferente. Ha manifestado que quiere que Tráfico llegue a Policía Foral durante su mandato. «Vamos a retomar las negociaciones para avanzar en la transferencia de competencias como Tráfico y Seguridad Vial, una reivindicación histórica, solicitada por el Parlamento y con un amplio consenso en la sociedad», ha apuntado. 

La fórmula para que Policía Foral se haga cargo está definida en el Plan Director de Policías que dejó la exconsejera María José Beaumont. En este documento se plasman todos los cambios que debería asumir la Policía Foral para sustituir a todos los efectivos de Policía española y Guardia Civil hasta que estos cuerpos queden relegados al mismo papel que en Catalunya y la CAV. Concretamente, se necesitarían 449 forales más. El ahorro de personal sería del 64%, pues el documento señala un importante exceso de agentes. El ratio de policías por Nafarroa, de hecho, es uno de los más altos de Europa; hay un policía por cada 150 habitantes.

Cabe recordar que el repliegue de la Guardia Civil de Tráfico de Nafarroa generó descontento dentro de las asociaciones de guardias, que trataron de presionar al delegado y han mantenido varias reuniones con José Luis Arasti. Aunque el Gobierno español no facilita datos fiables a Nafarroa sobre su despliegue desde 2012, se calcula que sobrarían 220 agentes de GC si Iruñea asume la competencia de Tráfico. 

Más motivos para el repliegue

La polémica por este repliegue parcial coincide, además, con dos debates de fondo en el cuerpo. Uno de ellos es el mantenimiento del «plus de peligrosidad» para los agentes desplegados en Euskal Herria. Según denunciaba hace unas semanas la senadora del PP por Nafarroa, Amelia Salanueva, Interior no es capaz de dar una respuesta clara sobre el futuro de este complemento salarial que estaba ligado a la actividad armada de ETA. Salanueva, al igual que las principales asociaciones de guardias civiles (hay que remarcar que este cuerpo no tolera los sindicatos y por eso solo hay asociaciones), predijo que habrá una «desbandada de agentes» de Euskal Herria en caso de que se les quite el plus. A esto cabe añadir que las unidades «antiterroristas» desplegadas también como respuesta a ETA llevan tiempo con su labor muy desdibujada.

El otro movimiento de fondo dentro del cuerpo es el mantenimiento de una red de cuarteles obsoleta y disfuncional. A nivel estatal, el cuerpo dispone de casi 2.000 cuarteles, pero esta figura se está sustituyendo por «núcleos operativos» y servicios de patrullaje debido a la falta de efectivos en el entramado de cuarteles. El goteo de casas cuartel que echan la persiana es constante en el Estado, pero aún no tiene efectos en Hego Euskal Herria. En Nafarroa, concretamente, hay 53 cuarteles y 34 de ellos solo abren en turno de mañana. La planificación de Beaumont supondría la supresión de estos 53 cuarteles. Queda por ver ahora hasta dónde se atreverá Remírez a seguir la senda marcada.