Un ataque aéreo con drones de las fuerzas afganas y Estados Unidos mató el miércoles por la noche a al menos 30 civiles que se encontraban acampados en el área de Wazir-Tangi, en la provincia de Nangarhar, para la campaña de recogida de piñones.

El Ministerio de Defensa ha reconocido el bombardeo, pero sin aportar datos sobre el número de víctimas. Un miembro de la Asamblea provincial de Nangarhar, Zabihullah Zmarai, ha denunciado en declaraciones a Efe que las víctimas eran «pobres granjeros y aldeanos que se encontraban en las montañas para la recolecta de piñones negros».

Malik Rahat Gul, jefe tribal de Wazir-Tangi, ha asegurado que en el momento del ataque aéreo los trabajadores, cansados, estaban reunidos cerca de sus tiendas de campaña tras acabar la jornada. «Estaban sentados alrededor de la hoguera que habían encendido cuando un dron los alcanzó de lleno», ha señalado.

A principios de mes, cuatro hermanos murieron en una operación de la Unidad 02 de la Dirección Nacional de Seguridad (DNS, la agencia de Inteligencia afgana), entrenada por la CIA.

La Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) denunció el pasado julio que en la primera mitad del año se ha duplicado el número de muertos civiles en bombardeos aéreos de las tropas internacionales y afganas en el país respecto al mismo período de 2018, con un total de 363 fallecidos, 89 de ellos menores.

Ataque talibán con camión bomba
Por otra parte, en la provincia sureña de Zabul, un ataque talibán con camión bomba ha matado hoy a una veintena de personas.

El objetivo sería una base de entrenamiento de la DNS en Qalat, capital de Zabul, pero el vehículo ha explotado mientras estaba aparcado a poca distancia de un hospital cercano.