El fiscal especial del «caso Ayotzinapa», Omar Gómez, anunció la apertura de una nueva investigación, que partirá «desde cero», sobre la desaparición hace ahora cinco años de 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Gómez se reunió el miércoles con familiares de las víctimas y funcionarios de la Fiscalía, incluido el fiscal general, Alejandro Gertz. Los jóvenes fueron detenidos en la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala por policías al parecer vinculados con el cártel Guerreros Unidos.

Según Vidulfo Rosales, abogado de los padres de las víctimas, Gertz reconoció en el encuentro que la investigación iniciada en el anterior gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) «está muy mal, hay que reconstruirla desde un principio, casi desde cero».

En la reunión también participó el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, como testigo, quien horas antes, durante su habitual conferencia matutina, pidió a todos los que tengan información sobre el caso contribuir «porque es una herida abierta».

«Esto tiene que ver con la justicia, tiene que ver con el humanismo y tiene que ver también con el prestigio, la fama de México», remarcó López Obrador.

La investigación del «caso Ayotzinapa», iniciada por la Fiscalía bajo el gobierno de Peña Nieto, ha sido señalada de serias negligencias, entre ellas haber obtenido testimonios mediante tortura y la alteración de las escenas de los hechos. Según la Fiscalía, los cuerpos de los estudiantes fueron incinerados en un basurero de Cocula, tesis que fue desmontada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Debido a estas anomalías, han sido liberados más de 70 inculpados en este caso.

Una de las primeras medidas del actual mandatario mexicano fue, precisamente, la creación de una comisión de la verdad.