Amalur ARTOLA
Donostia
Elkarrizketa
ION DE SOSA
CODIRECTOR DE ‘LEYENDA DORADA’

«La ciencia ficción te permite decir mucho sin tener que ser explícito»

Ion de Sosa (Donostia, 1981) nos traslada hasta Montánchez (Cáceres), localidad natal de su madre, para mostrarnos un día cualquiera en unas piscinas que poco tienen de corriente: los «milagros» se van sucediendo, y a nadie parece extrañarle. Cinta costumbrista de ciencia ficción que compite en Zabaltegi.

¿Cómo surge la idea de rodar ‘Leyenda dorada’?
Es una película de ficción que viene de un viaje que hice a Locarno en 2013. Visité una ermita que había allí, una especie de convento antiguo, y vi unas pinturas exvoto​, que son las que dejan los devotos en agradecimiento por un favor que creen que les ha hecho la virgen. Consisten en representar cosas como un accidente de coche del que se ha salido ileso o una enfermedad que se cura de repente, y también existe esta forma de exvoto en escultura y otras artes. Pensé que no existía un exvoto cinematográfico y, junto a un guionista con el que estaba trabajando, Chema García Ibarra, que es codirector del corto, se nos ocurrió que una tarde en una piscina municipal podría haber un milagro y que esta película podría ser una acción de gracias hacia ese favor. Pero no queríamos quedarnos solo en la capa religiosa o mística, queríamos darle más matices, poniendo la religión y la ciencia ficción al mismo nivel. Y eso lo hacemos integrando elementos extraños. 

En la película no prevalece una narración, ni hay personajes centrales. El protagonista es más bien la atmósfera que se respira en esa piscina.
Ese es el quid de la cuestión. Queríamos que la historia fuese coral y que el protagonista fuese el agua de la piscina, por decirlo de alguna manera. Es ahí donde pasa el milagro, y es ahí también donde los mayores nos divertimos como niños y existe esa atmósfera jovial y despreocupada. A la hora de la siesta o cuando alguien está comiendo un helado, metemos elementos como una aparición de María, un milagro que hace que camines por el agua o una mucosa verde que sale por el baño. Son todas cosas no explicables que pasan en la piscina.

Los actores no son profesionales, son habitantes de Montánchez. ¿Cómo fue la grabación?
Son gente del pueblo, entre ellos parte de la familia de mi madre. Hicimos un casting que fue muy divertido, porque no vino nadie (ríe), creo que esperaban otro tipo de casting y estaban todos supercortados. Tuvimos que ir por los bares y casas pidiendo a la gente que por favor viniera a la piscina, porque todavía no estaba habilitada en esas fechas. Tuvimos tiempo y lo llevamos todo muy pensado, así que la grabación fue ligera, muy de estar con la gente, los técnicos se lo pasaron muy bien... Creo que es algo que se refleja en el resultado.

Ha dirigido, como ha comentado, junto a Chema García. Ya habían colaborado en ‘Sueñan los androides’ y ‘La disco resplandece’. ¿Cómo se coordinan?
En 2013 Chema tuvo un corto en la Berlinale. Yo vivía entonces en Berlín y estaba preparando mi segunda película, ‘Sueñan los androides’. Le enseñé lo que había rodado y le comenté que no sabía muy bien hacia dónde llevarlo, y Chema y Jorge Gil Munarriz se incorporaron como guionistas y me ayudaron a sacar la película adelante. Nos entendemos muy bien en ideas y aportaciones, y trabajamos juntos en la planificación. Yo me encargo de la fotografía y él de los actores.

El corto estuvo en la Berlinale. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue bien. Ambos teníamos experiencia en la Berlinale y la verdad es que nos sentimos como en casa, muy contentos. No sé si gustó o no, no ganamos nada, pero había risas en la sala y se nos acercaron algunos a decirnos que habían disfrutado y que de alguna manera reflejaba la vida real. Ahí hay una cosa que yo, como director de fotografía, decía: el corto tiene que reflejar el olor del césped recién cortado, y es eso lo que intentamos transmitir; el sol y la clorofila en el aire.

¿Qué le atrae de la ciencia ficción y la fantasía?
Hay una cosa en la ciencia ficción, y es que tú, desde una mirada un poco oblicua, puedes hablar de la realidad con un tinte fantástico. Te permite decir muchas cosas sin decirlas explícitamente, te permite hablar del presente desde una distopía. Me parece muy atractivo darle la vuelta a las realidades que vivimos y abordar todos los problemas actuales desde la imaginación.

Compiten en Zabaltegi, sección que acoge por igual a largometrajes y cortometrajes.
Me parece una iniciativa fantástica porque, al final, en las películas lo que prima es la calidad, que sean redondas, que tengan una idea y que te quedes con algo, al margen de su metraje. Cada película tiene una duración, es como si te comes un pincho o un plato principal, cada uno tiene su valor, y está bien que vaya a primar la calidad.