Los partidos de selecciones del lunes por la noche dejaron un reguero de gestos y actuaciones con alto valor político, y también una fuerte polémica por gritos racistas.

Uno de los gestos que más está dando que hablar es el que se vio en el partido entre Francia y Turquía, en el que jugadores turcos volvieron a hacer el polémico saludo militar después de que Kaan Ayhan lograra el gol del empate.

Los futbolistas acudieron al lugar en el que se concentraban la mayoría de los aficionados turcos y se llevaron la mano a la cabeza para hacer el saludo militar. Un gesto que ya habían hecho en el pasado partido y que es interpretado como un apoyo a los ataques de su país contra posiciones kurdas en la frontera con Siria, condenados por buena parte de la comunidad internacional.

Ese hecho ha causado una gran polémica en el Estado francés, donde el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, anuló su asistencia al partido para no entrevistarse con responsables turcos. Francia es uno de los Estados que ha condenado de forma más vigorosa los ataques ordenados por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, contra posiciones kurdas y anuló la venta de armas a Ankara.

La UEFA ya ha anunciado la designación de un inspector disciplinario para investigar el posible comportamiento provocador de los jugadores de la selección de Turquía.

Dimisión en la Federación Búlgara

Pero al organismo que rige el fútbol europeo se le acumula el trabajo, porque la UEFA también ha confirmado la apertura de un procedimiento  tras el partido Bulgaria-Inglaterra jugado en Sofía (0-6), interrumpido dos veces por actitud racista de los aficionados búlgaros. Los ultras realizaron saludos nazis, profirieron insultos racistas y agitaron camisetas con el lema No Respect.

Las reacciones no se hicieron esperar y el resultado final ha sido que el presidente de la Unión Búlgara de Fútbol, Borislav Mihaylov, ha anunciado que dimitirá este viernes de su cargo.

Partido histórico en Corea... sin público

También está dando qué hablar el histórico partido entre Corea del Sur y Corea del Norte, que empataron a cero en el primer encuentro disputado por ambos vecinos en Pionyang en 30 años. Eso sí, fue un partido "fantasma", por la decisión de los dirigentes norcoreanos de no televisarlo en directo y prohibir el acceso al estadio a sus ciudadanos. Apenas se pudo saber nada en tiempo real de ese choque.

De hecho, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, presente en el palco, ha mostrado su «disgusto» por encontrar vacías las gradas del estadio, así como por los problemas de acceso al mismo para la prensa extranjera. «Tenía ilusión por ver el estadio lleno para un partido histórico, pero me ha disgustado ver que no había aficionados en las gradas. Nos hemos sorprendido por esto y por varios aspectos relacionados con la transmisión en directo y los problemas con los visados y el acceso para los periodistas extranjeros», ha dicho Infantino en unas declaraciones recogidas en un comunicado de la FIFA.