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Polémica entrega de los Nobel por el galardón de Literatura al austríaco Peter Handke

El rey Carlos Gustavo de Suecia ha entregado este martes los Premios Nobel, envueltos en polémica por el galardón de Literatura al austríaco Peter Handke, criticado por sus posiciones proserbias en las guerras de los Balcanes, en una ceremonia contra la que se habían anunciado protestas que han quedado finalmente en un mero acto simbólico.

Un hombre expresa su rechazo por la entrega del Nobel de Literatura a Peter Handke. (Karin WESSLEN / TT News Agency/AFP
Un hombre expresa su rechazo por la entrega del Nobel de Literatura a Peter Handke. (Karin WESSLEN / TT News Agency/AFP

La entrega hoy de los casi siempre políticamente correctos Premios Nobel se ha visto ensombrecida por la polémica suscitada por la concesión del galardón de Literatura al austríaco Peter Handke.

El escritor ha sido duramente criticado por su posición proserbia durante las guerras en la antigua Yugoslavia en los años 90, con acusaciones de dar voz al nacionalismo serbio más radical y de minimizar la masacre de Srebrenica, y por haber asistido al funeral del presidente serbio Slobodan Milosevic, acusado de genocidio.

El malestar se ha sentido tanto en la ceremonia, con las ausencias de los embajadores de Albania, Kosovo, Croacia y Turquía, además de la del exsecretario y miembro permanente de la Academia Sueca Peter England, que ha boicoteado toda la semana de actos.

La calle es escenario también de protestas: una pequeña y simbólica ante la Sala de Conciertos de Estocolmo, donde se entregan los Nobel, y otra posterior en la que participarán supervivientes de la matanza de Srebrenica y representantes de la asociación de madres de esa ciudad.

Al margen de esta polémica, en la ceremonia de entrega de los Nobel ha tenido su espacio la defensa de los jóvenes y la ciencia, en el discurso del presidente de la Fundación, Carl-Henrik Heldin.

Y también la denuncia de la amenaza que suponen para la paz y la estabilidad en el Cuerno de África la creciente presencia de grupos «terroristas» y de las superpotencias mundiales, tal y como ha advertido el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, tras recibir el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para pacificar su país y su acuerdo con la vecina Eritrea tras dos décadas de hostilidades.

«No queremos un campo de batalla»

«Las superpotencias militares mundiales están ampliando su presencia militar en la zona. Los grupos terroristas y extremistas también buscan instalarse», ha denunciado el líder etíope, sin especificar a qué países o grupos se refería.

«No queremos que el Cuerno sea un campo de batalla para las superpotencias ni un escondite para los mercaderes del terror y los portadores de desesperación y miseria», ha asegurado.

El revuelo por el galardón a Handke ha eclipsado al resto de galardonados, entre ellos la escritora polaca Olga Tokarczuk, Nobel de Literatura de 2018, premio que el año pasado quedó en suspenso ante la crisis que atravesaba la Academia, salpicada por un asunto de abusos sexuales.

Además, recogieron su premio la segunda mujer Nobel de Economía, la francesa Esther Duflo –por su nuevo enfoque en la lucha contra al pobreza–, y el laureado más anciano de la historia, el alemán nacionalizado estadounidense John Goodenough, que a los 97 años recibe el premio de Química por ser uno de los padres de las baterías recargables de litio.