La planta de Mercedes-Benz en Gasteiz fabricó el año pasado 145.000 furgonetas, mil menos que en 2018. La cifra, que le ha reportado una facturación de 3.700 millones de euros, está lejos de las previsiones marcadas a comienzo de curso, cuando se fijó el objetivo de 154.000 unidades.

Esta cifra se redujo a lo largo del año. Así, en febrero se rebajó a 152.000 el objetivo, y en abril se redujo en 4.000 unidades más. A finales de julio suspendió su producción y volvió a anunciar un nuevo tijeretazo en la producción, esta vez de 4.300 unidades.

Tras un mes de agosto marcado por la incertidumbre asociada a la crisis del diesel, Mercedes-Benz anunció en setiembre su intención de mantener la producción, e incluso aumentarla, tal como ha ocurrido en el último trimestre del año.

«Crecimiento suave»

De cara al año que viene, la multinacional prevé producir 152.000 vehículos en Gasteiz, 7.000 más que este año. El presidente del Consejo de Administración de Mercedes-Benz en el Estado español, Ronald Schell, ha señalado este jueves que. en un mercado general estable, tendrán un «crecimiento suave» gracias a la llegada de nuevos modelos, entre los que ha citado los eléctricos EQA y EQV, fabricados en Gasteiz.

Respecto a los retos globales de la industria automovilística, se ha mostrado «optimista», aunque ha advertido del impacto que tendrá la nueva regulación de emisiones de la Unión Europea, que fija la emisión media de C02 para los vehículos nuevos que se vendan durante 2020 en 95 gramos. Por cada gramo y coche que supere esa cifra las marcas deberán pagar 95 euros.