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Condenan a indemnizar y readmitir a una trabajadora acosada por un directivo

LAB ha dado a conocer una sentencia favorable a una trabajadora de limpieza subcontratada en una empresa de Derio que reconoce que la denunciante padeció «acoso por razón de sexo» por parte de uno de los máximos responsables de la compañía donde limpiaba desde finales de 2016. La sentencia ha procedido a la nulidad de su despido y a determinar el abono de una indemnización.

Movilización de LAB contra el acoso sexual en el trabajo      (Raúl BOGAJO I FOKU)
Movilización de LAB contra el acoso sexual en el trabajo (Raúl BOGAJO I FOKU)

En un comunicado, LAB ha informado de la sentencia que reconoce que una trabajadora padeció acoso sexual por parte de uno de los máximos responsables de la compañía donde desempeñaba su labor, un fallo que ha reconocido como prueba las conversaciones recogidas en la denuncia por la trabajadora desde finales de 2016, cuando dieron comienzo los hechos. Fue entonces, según explica la central sindical, cuando uno de los máximos responsables de la empresa a la que acudía a limpiar se dirigió por primera vez a la trabajadora «para pedirle que le hiciera el café».

A partir de ahí, comenzó «una situación de acoso sexual continuado que se ha prolongado hasta la actualidad». En todo este periodo, el alto cargo de la empresa «escribió mensajes de forma reiterada vía whatsapp, fuera de horario laboral y de evidente calado sexual hacia la limpiadora».

Llegó a seguirla fuera de la empresa

La resolución judicial reconoce que la estuvo llamando «insistentemente, a veces hasta en cinco ocasiones seguidas y a altas horas de la noche» y que «la observa y controla en la prestación de sus servicios, sugiriéndola que entre a su despacho», además de «forzar encuentros en sitios aislados y confinados».

El sindicato ha remarcado que el alto cargo denunciado «llegó incluso a seguirla hasta la estación de tren cuando abandonaba su puesto de trabajo».

LAB ha valorado que la trabajadora, finalmente, se decidiera a denunciar el acoso, aunque en un principio no lo hizo «por miedo a sufrir represalias», ya que según había señalado, esa empresa «ocupaba la mayor parte de su jornada laboral y era el centro en el que trabajaba el mayor número de horas».

Una situación «hostil y humillante»

En ese sentido, el sindicato ha criticado que, «a la falta de recursos institucionales para velar por la integridad de la denunciante y a la desconfianza que suscita la actual justicia patriarcal, se suman otros elementos como son el miedo y la amenaza latente de perder el empleo», por lo que, destaca «atreverse a denunciar no es fácil y por eso queremos subrayar su dignidad y coraje».

Temiendo «consecuencias negativas tanto por parte de la empresa de limpieza, como del propio cliente de la subcontrata para la que trabajaba, en la que el acosador era un «cargo de suma importancia», la empleada declaró que «había aguantado durante muchos meses una situación que le era hostil y humillante, y que terminó por hacerla enfermar».

En ese aspecto, en la actualidad, la denunciante «padece episodios repetidos de ansiedad intensa», lo que lleva al sindicato a denunciar que «las situaciones de discriminación y violencia contra las mujeres en el entorno laboral se dan todo los días, pero es algo que no se dice ni se denuncia».

LAB ha valorado la sentencia «muy positivamente» porque «ya es hora de que, desde el ámbito judicial, se empiecen a reconocer estas agresiones que ocurren cotidianamente en el ámbito laboral». Por ese motivo, ha decidido «hacer pública la sentencia para que otras mujeres trabajadoras, que estén en este tipo de situaciones, sepan que tienen la legitimidad absoluta y el apoyo total desde su sindicato».