El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, y el alcalde de Donostia, Eneko Goia, acompañados por el director general de URA, Ernesto Martínez de Cabredo, han visitado este jueves las obras, que cuentan con un presupuesto de 13 millones de euros.

Es un tramo de 500 metros que requerirá de la excavación y transporte de 120.000 metros cúbicos de tierra y piedra, el equivalente a la carga de 12.000 camiones de diez toneladas.

En esta fase no será necesario sustituir ningún puente. El de Martutene es nuevo y el del Polígono 27 fue diseñado en su día para una anchura de cauce de 52 metros.

Las obras permitirán acometer una importante renovación de la red de saneamiento de Añarbe. Se suprimirá la estación subterránea de bombeo de aguas residuales del Polígono 27 y se derivarán por debajo del lecho del cauce del Urumea hasta la nueva estación bombeo de aguas residuales que se construirá en la margen izquierda, en Antzita, y que las impulsará hasta la depuradora de Loiola.