La mítica banda de punk La Polla Records ofrecerá un concierto el 13 de junio en Gasteiz cuyos precios serán más reducidos de lo habitual para favorecer una asistencia masiva y rendir así al grupo liderado por el legendario Evaristo Páramos «una despedida en su casa y a la altura».

La cita será en el recinto de Mendizabala y se aprovechará el montaje del Azkena Rock Festival, que se celebra la semana siguiente. Además de La Polla Records, pasarán por el escenario El Drogas, Lendakaris Muertos, Kaótiko y Cerveza Suicida.

Este concierto forma parte la gira del disco ‘Ni descanso, ni paz’, compuesto después de que el año pasado los integrantes de La Polla –Evaristo, Sumé, Abel, Txiki y Tripi– se reunieran tras 16 años de inactividad de la banda. El grupo arrancará 2020 en Latinoamérica para después regresar y dar una limitada y escogida serie de conciertos, entre ellos el de la capital gasteiztarra, que serán los últimos de su historia, ya que después se disolverán de manera definitiva.

En este tour han ofrecido cuatro paradas, concretamente en Valencia, Madrid, Barcelona y Bilbo, donde abarrotaron el BEC en dos conciertos seguidos en marzo. En total, han congregado a más de 100.000 personas siempre con todas las entradas vendidas.

La Polla Records se creó en Agurain hace 40 años y sentó las bases de la escena punk vasca y española de las décadas de los 80 y 90. Autora de álbumes emblemáticos como ‘Salve’ (1984) y ‘Revolución’ (1985), sus letras «han disparado contra todo y todos»: democracia, policía, racismo, religión, desigualdad, capitalismo y represión, entre otros temas. Desde su fundación en 1979 hasta su primera separación en 2003 sus canciones «no han dejado títere con cabeza y se han convertido en auténticos himnos que siguen vigentes a día de hoy», han señalado en una nota la promotora Last Tour, la Diputación de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz.

La implicación de estas instituciones, que aportan cada una 24.200 euros a la organización del concierto, permitirá que las entradas –ya a la venta– sean más económicas de lo habitual de manera que se favorezca una afluencia «masiva» para dar a la banda «una despedida en su casa y a la altura».