Imanol INTZIARTE

Aviso a la Real, por si alguien pensaba que el camino a Sevilla iba a ser una alfombra roja

Una Real menos fluida de lo habitual y atenazada por la presión cobra una mínima ventaja ante un buen Mirandés en la ida de las semifinales de Copa. Oyarzabal de penalti y Odegaard han anotado los goles blanquiazules (2-1). [Datos del partido]

Portu, marcado por el hernaniarra Kijera. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
Portu, marcado por el hernaniarra Kijera. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

El billete para la final de Copa de Sevilla se decidirá en Anduva. Si alguien pensaba que la eliminatoria de semifinales contra el Mirandés, un equipo de Segunda, iba a ser un paseo, estaba muy equivocado. Los entrenados por Andoni Iraola han demostrado que no se han plantado aquí por casualidad, y han maniatado a una Real que no ha podido exhibir su habitual fluidez.

No es fácil gestionar la cabeza, y si esta se bloquea aparecen el temor a fallar, el miedo a no cumplir con la expectativas, la ansiedad… A la Real le ha pesado el papel de favorito y se ha expresado a trompicones.

Imanol ha salido con toda su artillería, volviendo Odegaard –ausente contra el Athletic– e Isak –suplente– al once inicial. También Monreal y Aritz Elustondo han sido de la partida, con lo que Aihen y Guevara empezaban en el banquillo, al pasar Zubeldia a la posición de mediocentro. Barrenetxea se ha caído de la convocatoria a última hora debido a una rotura fibrilar.

Ha sido el Mirandés el que ha tenido la primera oportunidad, en una rápida contra que ha terminado con un disparo de Merquelanz –cedido por el club blanquiazul– que Remiro ha desviado a corner con una buena parada.

Los locales se han adelantado antes siquiera de acumular méritos para ello. Portu le ha robado la cartera a la defensa burgalesa y ha caído derribado dentro del área. Once metros que Oyarzabal, con su frialdad habitual, ha convertido en gol (1-0, 8’).

Adelantarse pronto no ha servido para facilitar la tarea. La Real se atascaba ante el dibujo de Iraola, y además perdía balones peligrosos. El Mirandés, con Guridi –otro cedido de Zubieta– y Malsa llevando la manija, demostraba el porqué de su presencia en semis. Y en una de esas pérdidas el balón le llegaba a Matheus, que hacía buena su fama de goleador después de que su remate tocara en Monreal (1-1, 39’).

Rápida respuesta

Afortunadamente, la Real ha vuelto a cobrar ventaja antes del descanso. Odegaard ha arrancado desde medio campo, su disparo desde fuera del área lo ha despejado Limones, que ha vuelto a detener el remate a bocajarro de Portu, pero que ya no ha podido hacer nada ante un nuevo rechace cazado por el noruego (2-1, 42’). En el intermedio, bocata de alivio, a sabiendas de que el resultado era corto para viajar a Anduva con garantías.  

Nada más arrancar la segunda mitad, Portu ha tenido el 3-1, evitado por Limones y Antonio Sánchez ha replicado con un zapatazo desviado por Remiro. Monreal se ha librado de la segunda amarilla, para enfado de Andoni Iraola.

Los blanquiazules optaban por jugar en largo más de lo habitual, ante las dificultades para combinar desde su zona defensiva. Pocos partidos se ha visto en esta temporada a una Real tan densa, mérito también del entramado táctico burgalés.

Con el 2-1, ninguno de los contendientes se atrevía a arriesgar en exceso. Al Mirandés porque le vale el 1-0 en Anduva, y a la Real porque encajar el empate a dos le obligaba a buscar la victoria allí.

Quedan ahora por delante dos miércoles sin partidos, tres fines de semana en los que el viaje más lejano es Eibar. Tiempo para dosificar las piernas y trabajar en el aspecto sicológico. El desenlace, el 4 de marzo. Entonces se verá quién viaja finalmente a La Cartuja.