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Sare traslada a los grupos del Congreso un informe sobre la política carcelaria y les pide cita

Como anunció tras la movilización de enero, Sare quiere llevar a Madrid la necesidad de cambio en la política carcelaria. Ahora da otro paso trasladando a los grupos y partidos del Congreso un informe con datos concretos, consideraciones legales y seis demandas finales.

Lasagabaster, Atxa y Azkarraga, con el informe. (Sare Twitter)
Lasagabaster, Atxa y Azkarraga, con el informe. (Sare Twitter)

Sare ha presentado este miércoles en Bilbo el informe sobre la política penitenciaria que ha trasladado a los grupos y partidos del Congreso de los Diputados. Joseba Azkarraga, Bego Atxa e Iñaki Lasagabaster han indicado que «a partir de su lectura, trasladamos nuestra disposición a reunirnos y reflexionar sobre todo ello».

Tras extraer la fotografía de la situación actual de los presos y presas vascas, Sare hace ver a los grupos y partidos de la principal cámara estatal la necesidad de excarcelar a los presos enfermos y/o mayores de 70 años, acabar con el alejamiento, facilitar la progresión de grados... y adoptar una política penitenciaria clara y basada en los derechos humanos.

El informe incluye consideraciones sobre el marco jurídico, como el derecho a la vida familiar de las personas presas recogido en el Convenio Europeo de Derechos Humanos o en las Reglas Mandela de la ONU; el derecho a ser puestas en libertad de quienes tienen enfermedades graves, recogido en el Código Penal español; el derecho a la progresión de grado penitenciario, vulnerado sistemáticamente a los presos vascos; y el derecho a que se les compute el tiempo cumplido en prisiones de otros estados de la UE, incumplido en el Estado por una artimaña legal del PP en 2014.

Los datos: 80% a más de 400 kilómetros

En cuanto a las cifras, informa a los grupos del Congreso de que a fecha de enero hay 208 presos y presas dispersados en 40 cárceles españolas y 37 en 10 penales franceses: «El 80% están alejados a más de 400 kilómetros, siendo numerosos los que superan los 900 kilómetros. La realización de visitas exige largos viajes, habiéndose producido en los últimos 30 años 347 siniestros de amigos y familiares. En total, el resultado ha sido 16 personas fallecidas y más de 1.000 heridas».

«Unos 100 niños y niñas recorren cada 15-30 días más de 1.000 kilómetros para poder visitar durante un tiempo muy ajustado a su padre o madre o a ambos –prosigue–. Es habitual, también, que los progenitores de los reclusos sean personas de edad avanzada, con dificultades para un desplazamiento regular. El coste calculado de este alejamiento del familiar preso es de 20.000 euros de media al año por familiar, lo que resulta una carga insoportable para la mayoría si no fuera por la solidaridad vasca».

Incide además en la elevada edad de las personas presas, dado que hay 20 de más de 60 años, 13 que superan los 65 y dos que ya tienen más de 70. Hoy día 55 suman más de 20 años entre rejas y 42 han agotado ya más de tres cuartas partes de la condena pero siguen encarcelados.

González, Aznar, Sánchez... y París

En cuanto al contexto, el informe recuerda el cese de la acción armada de ETA, luego desarme y posterior disolución de la organización el 3 de mayo de 2018. Vuelve la mirada al inicio de la política sistemática de dispersión para recordar que la emprendió el Gobierno de Felipe González en 1989, apuntando aquí que «es evidente que no alcanzó sus objetivos, puesto que ETA tomó la decisión de abandonar la violencia 22 años después (...) Pero, mientras tanto, dicha política de alejamiento continúa incidiendo y perjudicando fundamentalmente a los familiares de estos presos y presas».

Constata que las instituciones vascas han demandado el acercamiento reiteradamente, sin obtener respuesta positiva, y llama la atención sobre el hecho de que el mayor movimiento de presos fue acometido por un gobierno del PP, el de José María Aznar, a finales del siglo pasado.

«En contraste con esta política penitenciaria española, se constata la actitud dialogante y colaboradora de la Administración y la Justicia francesas, que ha propiciado que una parte importante de presos vascos en prisiones de aquel país hayan sido trasladados a cárceles más cercanas a sus lugares de origen, a la vez que se les ha reagrupado», añade.

«El Gobierno de don Pedro Sánchez ha realizado 30 traslados, la mayor parte de ellos de escasa aproximación, y 28 cambios de grado, pero esto evidentemente no es suficiente para afirmar que hay ya un cambio de política penitenciaria», lamenta Sare.

Conclusiones

A partir de ahí, la red aboga por la revisión de las legislaciones de excepción, desde un prisma de Justicia Restauradora y abandonando el esquema de «vencedores y vencidos».

«Consideramos que, de forma alternativa a una lógica de contrarios, se daría un paso de gigante si sobre el escenario actual se aceptaran dos puntos de partida para la sociedad vasca: uno inspirado en la primacía ética de los derechos humanos y la integración social, y el segundo, entendiendo que estamos en un tránsito desde un estadio superado de violencia y enfrentamiento a otro de paz, convivencia y reconciliación que requiere la implicación de todas las partes».

Ello se traduce en estas «medidas urgentes e irrenunciables en una política penitenciaria democrática». A saber, la excarcelación de las personas presas con enfermedades graves o mayores de 70 años, para la que existen varias fórmulas; el fin del alejamiento, iniciado en su caso con el traslado de los enfermos, madres y padres de niños pequeños y presos de edad avanzada y/o que llevan muchos años entre rejas; el fin de la política de rechazo sistemático e inmotivado a la progresión de grados, otorgamiento de permisos y redenciones; la concesión de la libertad condicional a las personas presas que hayan cumplido tres cuartas partes de condena; y «la urgente adopción de una política penitenciaria clara, previsible, apoyada en normativas propias de la Administración, acordes al principio de legalidad (Ley Orgánica Penitenciaria y Reglamento Penitenciario), que eviten interpretaciones análogas restrictivas».