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Unos comicios con una abstención sin precedentes en Irán entregan el Parlamento a los principalistas

El bloque principalista se ha hecho con el control total del  Parlamento iraní (Majlis), incluidos los treinta escaños de Teherán, en unos comicios en los que la participación fue del 42 %, la más baja de la historia de la República Islámica.

Un hombre vota en un colegio electoral en Teherán. (Atta KENARE-AFP)
Un hombre vota en un colegio electoral en Teherán. (Atta KENARE-AFP)

La indudable ganadora de las elecciones del viernes fue la Coalición de la Unidad, en la que se fusionaron las dos listas principales de los que defienden las esencias jomeinistas del régimen, y que está encabezada por el exalcalde de Teherán y antiguo comandante de la Guardia Revolucionaria Mohamad Baqer Qalibaf, según los resultados difundidos hoy.

De esta forma cambia de manos el Parlamento, dominado en la última legislatura por los reformistas, que se han visto perjudicados por la descalificación de sus principales candidatos, lo que impidió una competición real, pero sobre todo por la abstención de buena parte de su desencantado electorado.

La crisis económica marcada por las sanciones estadounidenses, la represión de las recientes protestas populares y el derribo por error de un avión de pasajeros el pasado mes han sido los principales motivos que han llevado a muchos iraníes a no acudir a las urnas.

El ministro iraní de Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí, ha cifrado la participación en el 42,57 % (24 millones y medio de votantes, de los casi 58 millones con derecho a voto).

Estos datos rrojan una participación muy inferior a la de las legislativas de 2016, cuando se situó en el 62 %, o a la de las presidenciales de 2017, del 73 %.

La participación nunca había bajado en Irán del 50 % desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979, lo que supone un varapalo para el sistema teocrático del país, que siempre alardea de estos índices como muestra de su popularidad.

«Ya no tengo esperanza en que haya cambios positivos y no quiero con mi voto legitimar al régimen», comentó Romaneh, una profesora de música que el pasado viernes se abstuvo, pero que con anterioridad había apoyado a los reformistas.

El ministro de Interior ha justificado que, «dada la situación actual en el país, el número de votos y la participación son bastante aceptables».

La conservadora Coalición de la Unidad consiguió los treinta escaños del Parlamento correspondientes a la circunscripción de Teherán. Este triunfo supone un vuelco total a la representación existente en el Parlamento salido de las legislativas de 2016, cuando fueron los reformistas y moderados los que se hicieron con los treinta escaños de la capital.

Qalibaf, quien dirigió la Alcaldía de Teherán entre 2005 y 2017 y que fue jefe de la Policía de 2000 a 2005, se perfila como el próximo presidente del Parlamento.