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Italia roza los 100.000 contagiados y suma 756 muertos más

El repunte de víctimas y de nuevos contagiados es inferior al del sábado y en Lombardía aseguran estar «en el punto más alto de la curva».

Sanitarios italianos se preparan para evitarse contagios del COVID-19. (Marco BERTORELLO / AFP PHOTO))
Sanitarios italianos se preparan para evitarse contagios del COVID-19. (Marco BERTORELLO / AFP PHOTO))

El Gobierno italiano ha anunciado que 756 personas han fallecido en las últimas horas en todo el país por el coronavirus, lo que hace un total de 10.779 muertos, y que el número de nuevos casos ha descendido ligeramente respecto a los del sábado, 5.217 frente a 5.974, para un total de 97.689 contagios.

El repunte de víctimas mortales es inferior al registrado del viernes al sábado, cuando se tuvo constancia de 889 nuevos fallecimientos.

El recuento que ha proporcionado Protección Civil también detalla que 13.030 personas han recibido el alta, 646 más desde el sábado, y que el número de contagios activos en el país, descontando a fallecidos y recuperados, es de 73.880. Un total de 3.906 afectados están en cuidados intensivos.

El balance de este domingo se distingue por el descenso de nuevos casos en Lombardía: 1.592 frente a los 2.117 del sábado, para un total de 41.007 afectados en esta región italiana, la más sacudida por el virus, donde han fallecido 416 personas en las últimas horas, hasta un total de 6.360 víctimas mortales. Con todo, se trata de un número inferior al balance del sábado y del viernes, con 541 y 542 muertos, respectivamente.

«O estamos en lo más alto de la curva o estamos muy cerca. Por tercer día consecutivo, los números permanecieron constantes. Ya no vemos el crecimiento que nos ha acompañado en las últimas semanas», ha declarado el presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana. «No quiero decirlo en voz alta, pero ahora mismo tengo una esperanza más», ha añadido.

Diez días para esperar

Este balance ha sido publicado después de que el viceministro de Salud de Italia, Pierpaolo Sileri, haya estimado que el número de contagios por el COVID-19 en Italia comenzará a registrar un descenso marcado en un plazo máximo de diez días.

«Durante los últimos días hemos visto un incremento de casos, pero se ha debido a un incremento de las pruebas», ha explicado en una entrevista con la cadena BBC.

«Estamos en el pico de la epidemia, y creo que en una semana, diez días como máximo, veremos un descenso significativo de los casos», ha indicado.

Por otro lado, el Ministerio del Interior italiano ha informado de que se han cursado 4.942 denuncias por incumplimiento del confinamiento vigente en el país sin causa justificada.

En concreto, el Ministerio ha informado de que se han realizado 3.069.879 controles personales y 1.419.869 en empresas para verificar el cumplimiento de las restricciones impuestas para atajar el contagio del coronavirus.

Preocupa la economia del sur

Por si el COVID-19 no fuera poco, la preocupación del Gobierno de Conte tras la alarma de algunos regidores se centra en el impacto económico que la pandemia está teniendo sobre todo en el sur del país.

«Tengo miedo de que las preocupaciones de amplias franjas de la población por la salud, la renta y el futuro, conforme se alargue la crisis se transformen en rabia y en odio. Hay áreas sociales y territorios frágiles», ha advertido el ministro para el Sur, Peppe Provenzano, en un entrevista.

Pocas horas después, el presidente Giuseppe Conte ha anunciado que anticiparía 4.300 millones de euros del fondo de solidaridad a los ayuntamientos y que destinará otros 400 millones para que los municipios los dediquen a ayudar con vales de compra a las personas que debido a la pandemia están sufriendo problemas económicos.

El presidente de la región de Sicilia, Nello Musumeci, ha afirmado después de que se ha producido un caso de un asalto a un supermercado, aunque «no se están produciendo episodios de violencia generalizada». Pero después de que cientos de empresas, con trabajadores con contratos precarios, se hayan cerrado, es necesario «desactivar esta bomba», ha añadido.

«Hay una emergencia social, hay focos de sufrimiento con el riesgo de que la incomodidad se convierta en ira y la ira se convierta en violencia», ha dicho el alcalde de Palermo, la capital siciliana, Leoluca Orlando.

Por su parte, el presidente de la región de Campania, cuya capital es Nápoles, Vicenzo De Luca, ha expresado en una carta a Conte que «se espera una mayor contribución», porque «es indispensable conceder ayudas a los ciudadanos en dificultad y a los sectores a los que el prolongarse de la crisis pesa de manera dramática».

La crisis, terreno fértil para la mafia

Yendo un poco más allá alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, ha avisado en una entrevista sobre el riesgo de que la mafia pudiera infiltrarse ante estos fenómenos y ha traído a la memoria «los tiempos en que los trabajadores despedidos de las compañías salieron a las calles de Palermo alabando a la mafia porque les dio trabajo».

El jefe de la Policía italiana, Franco Gabrielli, y el director central anticrimen de dicha institución, Francesco Messina, han enviado un informe en el que advierten de la posibilidad de que aumenten las infiltraciones de la mafia en la economía italiana en estos momentos en los que los empresarios se encuentran en dificultades.