Las asociaciones vecinales de los barrios de Alde Zaharra de Iruñea, Bilbo y Donostia, además de las de Egia, Ulia, Herrera-Altza, así como la plataforma Bizilagunekin, junto a otros más de 600 organismos vecinales del Estado español, han reclamado al Ministerio de Sanidad que «se suprima como servicio esencial cualquier modalidad de alojamiento turístico (piso, hostal o pensión) que comparta elementos comunes entre residentes y usuarios de alojamientos turísticos».
Entienden estos organismos que el hecho de que se autorice la reapertura de dichos establecimientos con esas características de accesos y elementos comunes a vecinos, con el objetivo de alojar a profesionales sanitarios, de mantenimiento, de transporte y cuerpos policiales, es un «disparate».
«En tiempo de cuarentena y de aislamiento, autorizar a personas que, por su servicio, están en contacto permanente con población de riesgo de contagio, puedan acceder a apartamentos turísticos, hostales y pensiones que comparten con el resto de vecinos servicios comunes, es temerario», denuncian.
Critican que esta situación supone un «riesgo real» y señalan que «hay plazas de sobra en hoteles, aparta-hoteles, hostales y pensiones con entrada independiente para atender a las personas que necesiten un alojamiento». De este modo, piden el cierre temporal de aquellos alojamientos que comparten elementos comunes con vecinos.
Por otro lado, las asociaciones vecinales han mostrado su preocupación por el hecho de que «viviendas turísticas, muchas de ellas ilegales, sigan operando y eludiendo los controles y restricciones de movilidad que impone el decreto de alarma y las limitadas excepciones al ejercicio de su actividad».
«Ante la caída de ingresos por turismo», estos organismos temen que los pisos turísticos «pasen a convertirse en el foco de actividades clandestinas, ilegales, prohibidas o directamente delictivas, generando un grave riesgo sanitario para los vecinos, ante el tránsito de personas desconocidas en las zonas comunes de nuestras comunidades».
Concluyen que «plataformas como Airbnb o Booking, entre otras, permiten realizar reservas coincidiendo con el periodo de confinamiento, invitando así a incumplir las restricciones, con calendarios de ocupación anteriores al fin del estado de alarma».