NAIZ

El prefecto Spitz carga contra los «pijos» de la costa que prefieren «pagar multas a oír sermones»

Eric Spitz, prefecto de Pirineos Atlánticos, ha acudido a su cita semanal por videoconferencia con los medios: Situación de los hospitales y de las residencias, acogida a personas sin hogar, reparto de máscaras y balance de multas... En este último capítulo el alto funcionario, de origen alsaciano, ha dibujado un retrato peculiar de quienes burlan el confinamiento.

Controles policiales en Angelu, al inicio del confinamiento. (Guillaume FAUVEAU | AFP)
Controles policiales en Angelu, al inicio del confinamiento. (Guillaume FAUVEAU | AFP)

Eric Spitz procede de uno de los focos de la pandemia, de Alsacia, de donde el pasado fin de semana empezaron a llegar enfermos, también al Hospital de Baiona. Un gesto de solidaridad, pero sobretodo una decisión de urgencia ante la saturación sanitaria en el llamado Gran Este.

De acuerdo a la información facilitada hoy a los medios, en el Hospital de Baiona había el lunes 18 pacientes hospitalizados, de ellos 6 llegados de Alsacia.

El norte de Euskal Herria, y la región de Nueva Aquitania en que se engloba el departamento de Pirineos Atlánticos, «ha sido hasta la fecha poco castigada» por la pandemia, pero el llamamiento es claro: no hay que bajar la guardia porque «la situación se puede agravar».

El lunes una persona falleció en Baiona, ha confirmado el prefecto. De este modo ha corregido  el balance dado tras su reunión con diputados del departamento y del que se hicieron eco anoche dos electos vascos: Vincent Bru y Max Brisson.

Vecinos landeses en el hospital de Baiona

Según ese desglose, se han computado 9 fallecimientos en el departamento: 7 en Pau y dos en Baiona. 

En todo caso, es difícil dar los datos a nivel de Euskal Herria, ya que algunos pacientes, sobre todo de Zuberoa y en algunos casos de Nafarroa-Behera, se orientan hacia el hospital de Pau.

Para complicar más las cosas, Spitz apostillaba hoy en su telecomparecencia antes los medios: «El 30% de los pacientes ingresados en Baiona son originarios de Landas».

Por su parte, Maritxu Blanzaco, directora departamental de la Agencia Regional de Sanidad (ARS), reitera que el perfil de las víctimas es siempre el mismo: personas de muy avanzada edad. Su servicio sigue de cerca dos puntos claves en el desarrollo de la enfermedad en tierras vascas: Bokale -con una docena de miembros de una candidatura electoral contagiados, entre ellos el propio alcalde, Francis Gonzalez, y Atharratze, donde «hay varios contagios». Un vecino de esta localidad zuberotarra falleció en el hospital de Pau el pasado 17 de marzo.

Blanzaco ha confirmado también lo que ya se publicó hace semanas en prensa: que ese brote en Atharratze tiene su origen en un viaje en autobús de vecinos de la localidad a Italia.

Pocas novedades ha dado sobre la situación en las residencias de ancianos, con dos establecimientos en Baiona y un tercero en Biarritz afectados. Ni sobre la acogida a personas sin hogar, que se canaliza en sendos centros de confinamiento abiertos en Biarritz y Baiona.

Encargo de máscaras de protección

Más datos: el departamento ha encargado 500.000 máscaras para aliviar la penuria de protección, que ha llevado al propio Hospital de Baiona a hacer un llamamiento a donaciones. y ha dado derogación especial para que, pese a la prohibición general puedan abrirse una veintena de mercados en el departamento -es el caso de Baiona y Biarritz-.

Y la guinda final. Balance de sanciones a personas que no cumplen con los requisitos -llevar un certificado- que justifiquen su presencia en la calle pese a la orden general de confinamiento. Desde el arranque del encierro Policía y Gendarmería han impuesto 2.800 sanciones, indica el patrón de la Prefectura.

¿Se puede dar un perfil de la gente que no cumple con las reglas de confinamiento? El prefecto da el suyo: «En la costa vasca, hablamos de pijos de entre 35 y 45 años que, con tal de no aguantar el sermón (de la Policía, se supone), prefieren pagar la multa».

El prefecto entiende que, pese a todo, la ciudadania ha ido tomando conciencia. «El primer fin de semana fue terrible, sobre todo por la llegada de gentes con residencias secundarias que creían estar de vacaciones, en vez de en situación de confinamiento».

Cabe reseñar que los alcaldes de Angelu y de Donibane Lohizune se dirigieron días atrás a la Prefectura para quejarse de «la presencia de demasiadas personas en las zonas de paseo de las playas los fines de semana».

Pues bien, todo apunta que a el litoral será uno de los puntos a los que se orientará el grueso de los soldados ascritos a la «Operación Résilience» que empezarán a desplegarse esta semana en Ipar Euskal Herria.

El prefecto ha detallado hoy a que las dos compañías que saldrán a las calles vascas se encargarán de labores de vigilancia en lugares como «playas, mercados y estaciones».