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Fisioterapeutas de Nafarroa piden el cierre obligado de sus clínicas privadas por seguridad

El 90% de los centros son privados y la mayoría se han visto obligados a cerrar voluntariamente al no poder garantizar que no se produzca contagio de coronavirus entre profesionales y pacientes. Sin embargo, el real-decreto aprobado por el Gobierno español declara la fisioterapia como actividad esencial y por ello no recibirán ayudas.

Imagen de una clínica privada de fisioterapia cerrada por seguridad ante el Covid-19. (@cgcfe)
Imagen de una clínica privada de fisioterapia cerrada por seguridad ante el Covid-19. (@cgcfe)

El colectivo de fisioterapeutas privados de Nafarroa del que forman parte alrededor de un centenar de profesionales ha reclamado que las clínicas en las que desempeñan su actividad profesional, por cuenta ajena o como autónomos, figuren entre los establecimientos de obligado cierre para frenar la pandemia del Covid-19.

Creen incongruente seguir abiertos porque «es imposible no tener un contacto directo» con los pacientes, no pueden guardar la distancia de seguridad ni tampoco «mantener la asepsia debida», han explicado.

Asimismo, han señalado que carecen de equipos de protección individualizada (EPIs) y no pueden optar a ellos «porque no hay suministro».

Son solo algunas de las razones que cientos de fisioterapeutas de centros privados del herrialde esgrimen para pedir su cierre. Algo que la mayoría ya hizo por su cuenta «desde el primer momento de esta crisis, por un tema básico de protección y responsabilidad».

El problema es que, al considerar el Gobierno español que sus servicios son esenciales, no pueden acogerse a las ayudas ofrecidas. «Esto va a suponernos graves problemas económicos por no tener ningún ingreso y seguir pagando nuestros gastos. No podemos acogernos a las medidas de ayuda previstas para otros profesionales», han apuntado.

Y han añadido que «se rectificó con el gremio de peluquerías y se reconoció que era probable que fueran cadena de transmisión del Covid-19, con más razón los fisioterapeutas, cuyo trabajo exige el contacto directo piel a piel y la proximidad inexcusable entre personas».

Asimismo, han destacado que en la CAV, así como en Castilla la Mancha, Andalucía y Galiza, sus consejerías de Sanidad han adoptado medidas de suspensión de la actividad asistencial en el ámbito privado de los fisioterapeutas, por el peligro que implica la práctica de su actividad para la salud pública.

De hecho, tras la petición del Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco de suspensión y cese temporal de toda labor que no garantice la distancia mínima de seguridad de metro y medio, la consejera de Salud de Lakua, Nekane Murga, ordenó la suspensión de toda la actividad asistencial previamente programada de carácter demorable en los centros, servicios y establecimientos sanitarios de titularidad privada de la CAV.

Sin embargo, el colectivo de fisioterapeutas privados de Nafarroa denuncia que en el herrialde todavía «se les insta a abrir» los centros pese a las peticiones de los colegios profesionales que «no están siendo atendidas» y pese a que llevan más de dos semanas cerrados por voluntad propia.