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«Hay que globalizar la solidaridad, el humanismo, porque el capitalismo no tiene salida posible»

La Plataforma Elkartasuna Eraldatuz ha organizado un seminario virtual en torno al «internacionalismo que necesitamos hoy» ante la expansión planetaria de la pandemia del covid-19. Los participantes han puesto de manifiesto la necesidad de «globalizar la solidaridad», dado que «el capitalismo no tiene salida posible».

La Plataforma Elkartasuna Eraldatuz ha debatido en un seminario virtual «¿Qué internacionalismo necesitamos hoy?». (NAIZ)
La Plataforma Elkartasuna Eraldatuz ha debatido en un seminario virtual «¿Qué internacionalismo necesitamos hoy?». (NAIZ)

En el coloquio participado Claudia Camba, de la Fundación un Mundo Mejor es Posible, desde el Hospital Che Guevara en Córdoba (Argentina); Janaina Stronzake, del Movimiento Sin Tierra (MST, de Brasil), desde Gijón, y Luca Gervasoni i Vila, de la Federación Catalana de Organizaciones por la Justicia Global Lafede.cat (Catalunya), moderados por Eneko Calle, de la ONG Paz con Dignidad.

Janaina Stronzake ha explicado que «la pandemia viene a apresurar la crisis ya existente», una crisis «económica, política e institucional, con gobiernos neofascistas» y ha anunciado que, en este contexto, el MST está intentando dar respuesta activa con la «producción de alimentos» y «para hacer que la comida llegue a los necesitados».

Ha detallado que distribuyen 700 toneladas de alimentos entre la población, porque «la gran mayoría de los habitantes de Brasil trabaja en la economía informal» y con el covid-19 se enfrentan al binomio de «morir de hambre o del virus».

También mantienen la idea de plantar árboles en el campo y en la ciudad para recuperar el medio ambiente; organizar la comunicación y la lectura a través de cuentos. «Estamos al servicio de la comunidad, tenemos que ser activos», ha indicado.

Exterminio pueblos indígenas

A su juicio, «la clase trabajadora lleva la historia bajo el brazo» y ha insistido en que «frente a la ola de criminalización y fascismo que se vive en Brasil, la solidaridad juega un papel destacado». «Estamos al límite de seguir existiendo. Naciones indígenas están desapareciendo desde el año 1.500. El genocidio viene desde entonces y ahora el capital lo que hace es exterminar los pueblos indígenas y las formas de vida que intentan salirse del engranaje capitalista», ha abundado.

Stronzake ha destacado la actividad de la organización Vía Campesina, «que muchos dijeron que no tendría futuro» y que constituye «un ejercicio histórico de la clase trabajadora para seguir existiendo y sobreviviendo».

Ha remarcado que, si no fuera por el trabajo, «el capital no existiría». Por eso, ha dicho, «en esta crisis sanitaria tienen tanto interés en que la gente vuelva al trabajo. Esa es la lógíca del capital». Ha sido rotunda al afirmar que «el capitalismo es una fábrica constante de generación de crisis».

Frente a esa situación, Janaina Stronzake ha reclamado «una respuesta estructural produciendo alimentos para garantizar la subsistencia». A su juicio, «hay que pensar desde una perspectiva integral, porque si seguimos adoptando relaciones sociales por la mercancía, y el trabajo es mercancía, no llegaremos lejos. Tenemos que que ver cómo rompemos con esa manera de relacionarnos que solo beneficia al capitalista». Stronzake ha dicho que hay que ver «cómo caminamos en una sociedad en libertad. Dejar de trabajar por necesidad. Tener trabajo para desarrollar nuestro potencial creativo, para la sociedad. No que el trabajo sea un sacrificio».

Cuba es ejemplo

Claudia Camba, desde el Hospital Oftalmológico Che Guevara (Córdoba, Argentina), ha subrayado la necesidad de «priorizar el humanismo» y ha puesto en primer término el ejemplo de Cuba, que «con pocos recursos puede hacer muchas cosas, dado que prioriza el humanismo sobre la economía».

Ha recordado la importancia de organizarse por barrios para dar de «comer a los más necesitados» y ha destacado la necesidad de «trabajar en la soberanía alimentaria después de la pandemia».

Camba ha insistido en la necesidad de trabajar «la conciencia». «La lucha está entre la conciencia y entre los instintos, que son parte del capitalismo, y que se ven dentro de la pandemia. Tenemos que trabajar con el de al lado la conciencia. Así ganaremos», ha destacado.

A su juicio, el conflicto se encuentra «en las democracias burguesas». «En Córdoba –ha detallado– se aprovechó la cuarentena para votar un ajuste salarial de los empleados públicos y jubilados».

Ha destacado que «no estamos en democracias participativas. Cuba y Venezuela sí son democracias participativas, pero en Argentina no tomamos decisiones. Podemos estar un poquito mejor, pero nada».  Asú, ha explicado que el internacionalismo debería expandirse «compartir sus saberes y fortalezas».

Camba instado a «globalizar la solidaridad», ya que, a su juicio, «tiene que triunfar el humanismo, porque el capitalismo no tiene salida posible. Cuba ha mandado médicos en apoyo a países afectados por covid-19, sin pedir nada. Ese es el camino».

Empoderamiento ciudadano

Luca Gervasoni i Vila, por último, ha destacado que, en esta crisis global, el shock «acelera los procesos». A su juicio, la salida debe ser «el empoderamiento ciudadano» y la «solidaridad global», frente a quienes plantean «la vigilancia totalitaria, el endurecimiento del código penal o el aislamiento racista en las fronteras». Todo ello, se podrá conseguir porque «tenemos la oportunidad del cambio digital, muy potente en estos momentos para la solidaridad».

Interpelado por Eneko Calle sobre «los policías de balcón», Gervasoni i Vila ha explicado que el «autoritarismo está cogiendo fuerza, mientras el poder capitalista está desmantelando el Estado de Bienestar». Ha criticado que todavía no se hayan derogado normas como la ‘Ley Mordaza’, con «un gobierno pretendidamente progresista» y ha recordado que «en dos meses y medio se ha puesto el mayor número de sanciones por esa ley de Protección Ciudadana».

Ha puntualizado, eso sí, que frente a «los policías de balcón», han surgido también «los defensores de balcón» y ha detallado que, gracias a esa colaboración, han «presentado ya 44 denuncias contra la Policía por sus actuaciones».