Arnaitz Gorriti

La comunidad internacional reacciona a los bandazos de EEUU

Desde la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong, hasta las sanciones económicas a quienes colaboran con Irán, pasando por las decisiones para con la OMS, la zozobra geopolítica provocada por Estados Unidos ha tenido mensajes de toda clase y tono de respuesta, desde la docilidad y la súplica, a las más combativas.

Un activista pro-Pekin protesta frente al consulado de los Estados Unidos en Hong Kong, tras la decisión de Trump de eliminar la diferencia de trato de los EEUU a la excolonia británica. (Isaac LAWRENCE / AFP PHOTO)
Un activista pro-Pekin protesta frente al consulado de los Estados Unidos en Hong Kong, tras la decisión de Trump de eliminar la diferencia de trato de los EEUU a la excolonia británica. (Isaac LAWRENCE / AFP PHOTO)

La geopolítica no es un juego, pero sí se presenta como un tablero vivo con multitud de jugadores, con piezas vivas en posiciones no siempre elegidas ni cómodas y en el que los factores a tener en cuenta son múltiples. En ese sentido, los continuos bandazos del presidente estadounidense encuentran el reflejo, quizá en varios casos, voluntariamente buscado, de sus interpelados, sean estos estados «aliados» o no. Con todos los charcos bien pisados, no han faltado voces críticas o suplicantes con la primera potencia económica y militar del momento.

Así las cosas, la ya habitual tensión entre Estados Unidos y China a cuenta de la guerra comercial que viven desde hace años, con el añadido de la pandemia de la covid-19, ha encontrado más gasolina con las decisiones derivadas de la Ley de Seguridad Nacional aprobada por Pekín para Hong Kong.

La controvertida ley de seguridad pretende, de manera muy amplia, erradicar cualquier resquicio de «injerencia extranjera» en Hong Kong y fue respaldada el pasado jueves por el Legislativo chino, provocando las iras de Estados Unidos que ha supuesto la orden de Donald Trump de ordenar empezar un proceso para «eliminar las excepciones» por las que EEUU concede a la excolonia británica un «trato diferente y especial» con respecto a China, una ley estadounidense de 1992 que exige a Washington seguir tratando a la región igual que cuando era una colonia británica.

Y ante la acción, la reacción. El Gobierno hongkonés, afín al régimen de Pekín, ha asegurado este sábado que no cederá ante las amenazas del presidente estadounidense. El ministro de Seguridad local, John Lee, ha afirmado que «EEUU no va a ganar» con sus amenazas al Ejecutivo local, que está «haciendo lo correcto» al respaldar la recién aprobada Ley de Seguridad Nacional.

Mientras, la ministra de Justicia local, Teresa Cheng, ha indicado que «Trump no tiene ninguna base legal» para llevar a cabo la medida que ha ordenado, ha recogido la cadena de radio y televisión pública de Hong Kong (RTHK).

Y para acabar con las bravatas, el secretario de Finanzas, Paul Chan, ha agregado que «la ciudad está preparada para afrontar posibles sanciones», y que el Ejecutivo está trabajando en un «plan de contingencia» en caso de que EEUU retirase el estatus especial que otorga a Hong Kong.

Entretanto, el movimiento pro-democrático de la ciudad continúa preparando su estrategia y este sábado la formación Demosisto ha pedido a la comunidad internacional que respalde a EEUU a cuenta de la ley.

«Pedimos a más aliados internacionales que apoyen a Hong Kong. Las acciones son más fuertes que las palabras. Además de oponerse a la ley, es importante establecer herramientas para presionar a Pekín», ha afirmado el secretario general del partido, Joshua Wong.

«Si no se hace nada y la ley de seguridad nacional se implementa en Hong Kong, será una pesadilla. Las sanciones serían un mal menor», ha añadido el ex secretario general del grupo Nathan Law.

La orden de Trump busca golpear tanto a esa ciudad –que es un importante centro financiero y comercial internacional– como a China, que usa el territorio para negociar con otros países.

El dedo en el ojo

Mientras tanto, el gigante asiático se solaza metiéndole el dedo en el ojo al no menos gigante occidental. El ‘Global Times’, un diario resueltamente nacionalista, ha criticado «una conferencia de prensa llena de mentiras» sobre Hong Kong, en un editorial publicado en chino e inglés.

Mientras, la mayoría de los medios oficiales se han centrado en la violencia en Minneapolis en los Estados Unidos, tras el asesinato por parte de la policía de un hombre de raza negra durante un arrestar esta semana.

La televisión pública CCTV le ha dedicado la apertura y una gran parte de su periódico el sábado al comienzo de la tarde.

Y las imágenes del arresto directo de un equipo de la cadena estadounidense CNN el día anterior se han transmitido repetidamente.

La agencia oficial de noticias China News ha insistido por su parte en «la división racial que no deja de desgarrar a la sociedad estadounidense».

Los ruegos de la Unión Europea

Si China le enseña los dientes a Estados Unidos, la Unión Europea ruega. La UE, el Estado francés, Alemania y Gran Bretaña han lamentado este sábado la decisión de  de eliminar las exenciones que permitían a los países firmantes del acuerdo nuclear sellado en 2015 con Irán seguir cooperando en proyectos nucleares de tipo civil sin ser sancionados.

«Lamentamos profundamente la decisión de Estados Unidos de poner fin a tres exenciones que cubrían proyectos nucleares clave del JCPOA (el acuerdo nuclear) en Irán», incluyendo el proyecto de modernización del reactor de Arak, han indicado en un comunicado conjunto los portavoces de las potencias europeas.

Estos proyectos, avalados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «sirven los intereses de la no proliferación (nuclear) y proporcionan garantías a la comunidad internacional de las naturaleza exclusivamente pacífica y segura de las actividades nucleares de Irán», han recalcado en su comunicado.

«Estamos consultando con nuestros socios para evaluar las consecuencias de la decisión de Estados Unidos», han añadido.

El Gobierno de Donald Trump decidió en 2018 abandonar este acuerdo, firmado en 2015 con Irán junto al Estado francés, Gran Bretaña, Alemania, China, Rusia y la Unión Europea, por el que Teherán se comprometía a limitar su programa nuclear para no poder desarrollar a corto plazo una bomba atómica, a cambio de facilidades económicas y comerciales.

Tras salir del pacto, Estados Unidos reintrodujo sanciones contra Irán, pero había mantenido algunas exenciones, temporales y revisables, para que los Estados que permanecieron en el acuerdo pudiesen cooperar en proyectos nucleares de tipo civil contemplados en el JCPOA sin exponerse a estas sanciones.

El 27 de mayo, el secretario de Estado estaounidense, Mike Pompeo, anunció que eliminará estas exenciones, una decisión que se hará efectiva en 60 días.

El muñeco del pim pam pum

No termina ahí la letanía de la Unión Europea. A cuenta de la decisión de Estados Unidos de dejar de financiar a la OMS, ha pedido este sábado que «reconsidere» la decisión de romper su relación con la Organización Mundial de la Salud, ya que la cooperación global es «la única vía efectiva y viable para ganar la batalla» contra la pandemia mundial de coronavirus.

«La OMS tiene que seguir siendo capaz de liderar la respuesta internacional a pandemias, actuales y futuras. Para ello, la participación y apoyo de todos es requerida y muy necesaria», han afirmado en un comunicado conjunto el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

«Es el momento de la cooperación reforzada y soluciones comunes. Las acciones que debilitan los resultados internacionales deben evitarse. En este contexto, urgimos a EEUU a reconsiderar la anunciada decisión», han añadido.

El 18 de mayo Trump dio un plazo de 30 días a esa agencia de la ONU para acometer unas reformas que no especificó, o de lo contrario cortaría permanentemente los fondos a la institución. Aunque todavía no ha pasado ni la mitad de ese plazo, Trump lo ha dado por concluido este viernes al afirmar que la OMS «se ha negado» a «acometer las reformas solicitadas», amén de reiterar la cantinela de estar «sesgada» a favor de China y de haber gestionado mal la emergencia sanitaria del nuevo coronavirus, que ya tiene a más de 100.000 víctimas mortales y más de millón y medio de infectados en los Estados Unidos.

Los dirigentes comunitarios han recordado en su comunicado que el 19 de mayo todos los miembros de la OMS acordaron iniciar «en el momento más temprano apropiado» una evaluación «imparcial, independiente y amplia para revisar las lecciones aprendidas de la respuesta internacional al coronavirus».

«La evaluación de nuestro desempeño colectivo a nivel internacional es solo un proceso necesario que busca reforzar la seguridad sanitaria», afirma la UE, que ha reiterado su apoyo a la OMS e incrementado su aportación financiera.