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Notre-Dame empieza a renacer con la reapertura del 'parvis'

La plaza de Notre-Dame –el 'Parvis', un lugar icónico de París– ha reabierto este domingo más de un año después del incendio de la catedral. Los parisinos vuelven a disfrutar así de un símbolo de la ciudad.

La explanada es un lugar de celebraciones y eventos. (Alain JOCARD / AFP)
La explanada es un lugar de celebraciones y eventos. (Alain JOCARD / AFP)

El 'Parvis' de Notre-Dame es la plaza de 1.200 metros cuadrados –también llamada plaza de Juan Pablo II– que está justo enfrente de la catedral gótica y que había quedado cerrada al público desde que un incendio devastó el templo hace poco más de un año, el 15 de abril del 2019.

«Es un momento muy importante que se había hecho esperar durante un año», y que se retrasó «tanto por la contaminación por plomo como por la pandemia», ha explicado a pie de plaza el Ministro de Cultura, Franck Riester. Para la alcaldesa Anne Hidalgo, «Notre-Dame es el alma de París. Es hermosa, está allí, ha resistido y hoy ha renacido». La fecha elegida ha sido un domingo de Pentecostés, por lo que se ha celebrado una misa con el arzobispo de París, Michel Aupetit, en cabeza.

A causa del incendio virulento del 15 de abril de 2019, que arrasó el monumento más visitado de Europa, la plaza y la calle del Parvis sufrieron la contaminación por plomo, lo que obligó a cerrar inmediatamente el lugar.

La reapertura del espacio público llega ahora, más de un año después, después de los trabajos de limpieza del polvo tóxico, y gracias al «dictamen favorable» emitido el viernes por la Agencia regional de Sanidad de Île-de-France, lo que ha permitido que la policía haya autorizado a reabrir.

Hidalgo ha explicado que el suelo de la explanada había sido tratado con una «resina transparente y brillante», y que la limpieza se realizará dos veces por semana.

La reapertura total, para 2024

El trabajo para asegurar la diezmada catedral de Notre-Dame, que tuvo que suspenderse a mediados de marzo debido a la pandemia provocada por la covid-19, se está reanudando gradualmente, siempre con el objetivo de reabrirla en 2024, de acuerdo con el objetivo quinquenal establecido por Emmanuel Macron.

El desmantelamiento del andamio –10.000 tubos de metal doblados y soldados– que ya comenzó en su fase preparatoria, se retormará definitivamente a partir del 8 de junio.

Algunos visitantes han estado presentes por casualidad para la reapertura de la explanada, pero otros parisinos han hecho el viaje especialmente para la ocasión. «Notre-Dame es nuestro emblema, más que la Torre Eiffel», ha dicho Stéphanie Cadillon, bibliotecaria, y ha recordado que «es el punto cero de París», que marca el comienzo de las rutas que salen de la capital. «Queríamos ver qué había cambiado... Nos parece ahora más pequeña», ha añadido con sorpresa.

«Después de estos largos meses encerrada en casa, verla de nuevo resulta muy agradable: ¡Ella también estaba confinada!», ha exclamado Cindy, quien se ha desviado de su paseo matinal para verla de cerca.

«Hemos visto a Notre-Dame desde lejos durante meses, y se hace raro volver a la explanada», ha dicho Paul Lafuente, un joven estudiante de Nueva Caledonia. Todavía recuerda haber seguido el incendio del edificio «minuto a minuto»: un momento «estresante».

El espacio está preñado de historia de París. En uno de los lados de la plaza se erige una estatua del rey Carlomagno, obra del escultor Louis Rochet. Y bajo la plaza, una cripta arqueológica presenta los vestigios descubiertos durante unas excavaciones realizadas en los años 60 del siglo XX.