Cabía prever que el regreso a los entrenamientos tras prácticamente dos meses de parón podía ser complicado, pero en los cálculos de Osasuna no entraban tantos contratiempos en forma de lesiones. De las primeras impresiones de los jugadores asegurando que estaban respondiendo bien a las diferentes cargas de trabajo, se ha pasado a toda una pléyade de molestias físicas que han dejado muy mermada a la primera plantilla.

De hecho, Jagoba Arrasate ahora mismo solo puede disponer de 14 futbolistas del primer equipo para afrontar una competición que se va a retomar en apenas semana y media. Un panorama desolador, que obliga a recuperar a contrarreloj a alguno de ellos para completar una convocatoria en la que los promesas Aimar Oroz, Jose Hualde y Javi Martínez aguardan su oportunidad para contribuir a sacar del apuro al técnico de Berriatua.

El último en caer esta mañana ha sido Sergio Herrera, aquejado de unas molestias en el hombro derecho, que le han impedido ejercitarse con el resto del grupo. El guardameta burgalés ya perdió la titularidad en el último partido liguero que disputó la escuadra rojilla frente al Espanyol, con victoria por la mínima en El Sadar.

Se suma así a la lesión de Facundo Roncaglia, que ayer no pudo trabajar por culpa de una dolencia en su aductor izquierdo y que hoy lo ha hecho de manera individual. Lo mismo que Fran Mérida, con problemas en la zona del pubis, y que ha tenido que ejercitarse en solitario, después de ser sometido a exámenes médicos, pero sin que haya trascendido diagnóstico al respecto.

A este paso, la presente semana va camino de asemejarse mucho a la pasada. A lo largo de esta última, fueron cayendo Moncayola, Kike Barja y Rober Ibáñez. El primero tiene una rotura en el recto anterior derecho y se trabaja para que esté presente frente a Real o Atlético. El extremo de Noain también tiene desgarrado el bíceps femoral izquierdo, una lesión que ya sufrió antes del parón por la pandemia. En cuanto al jugador valenciano, padece otra rotura, en su caso del recto anterior derecho.

Caso aparte es el de Rubén García, al que se tiene entre algodones –lleva semana y media sin entrenar con el grupo– por una sobrecarga en el cuádriceps. Su carga de trabajo está siendo dosificada, dado que es baja por sanción para el derbi a disputar en Anoeta. Si a todos ellos les sumamos las bajas de larga duración de Chimy Ávila –por segundo día consecutivo ha realizado el calentamiento junto a sus compañeros– y Jorge Herrando, no es extraño que el cuerpo técnico se encuentre preocupado por la desalentadora coyuntura.