Se trata del segundo récord consecutivo, pues Brasil ya había contabilizado el día anterior 1.262 nuevas muertes, hasta entonces el mayor número en un día desde que el país registró la primera víctima por la enfermedad hace dos meses y medio.

El fuerte salto del número de fallecidos en los dos últimos días confirma a Brasil como el cuarto país con mayor número de muertes por la pandemia en el mundo, por detrás de Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia.

De acuerdo con el boletín divulgado por el Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas se registraron 28.633 nuevos casos de la enfermedad, ligeramente por debajo de los 28.936 nuevos contagios de la víspera.

El número total de contagiados subió a 548.016 desde que el país registró el primer caso del nuevo coronavirus el 26 de febrero pasado, lo que confirma a Brasil como el segundo país con más casos en el mundo después de Estados Unidos (1.850.144).

Las elevadas cifras de casos y muertos se producen cuando varios gobiernos regionales y municipales de Brasil han puesto en marcha esta semana procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica y han comenzado a flexibilizar las orientaciones de distanciamiento interpersonal.

La flexibilización es criticada por especialistas y científicos, que consideran que el país aún está lejos del pico de la curva de contagios, lo que está previsto para julio, y que en algunas regiones la infraestructura hospitalaria aún puede colapsar.

La desescalada es presionada por el presidente del país, Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, que llegó a calificar la covid-19 como una «gripecita» y que desde el comienzo de la crisis defiende el fin de las medidas de distanciamiento impuestas por los gobiernos regionales y la normalización de todas las actividades.

Para el líder ultraderechista, que perdió a sus dos últimos ministros de Salud por divergencias sobre la estrategia frente al coronavirus, más de la mitad de la población brasileña contraerá la enfermedad con independencia de las medidas de aislamiento que se adopten, por lo que su prioridad es evitar que la crisis económica pueda provocar un número superior de muertes.