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Aznar, que redujo impuestos a rentas altas, pide que el Ingreso Mínimo sea «temporal»

El expresidente del Gobierno español José María Aznar –quien redujo los derechos laborales, bajó los impuestos a quienes más tienen e impulsó la privatización de empresas publicas hoy exitosas– ha defendido que el Ingreso Mínimo Vital sea «temporal» ante la crisis del covid-19.

Jose Maria Aznar, ex presidente del Gobierno español, en una presentación de un libro en Donostia. (Andoni CANELLADA/FOKU)
Jose Maria Aznar, ex presidente del Gobierno español, en una presentación de un libro en Donostia. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Faltaba por aparecer en la palestra en este asunto, pero le han dado la oportunidad desde Perú. Aznar ha participado en una conferencia virtual bajo el título «Post-Covid-19: ¿Hacia un nuevo orden internacional?» junto al excanciller de Paraguay Eladio Loizaga y el exvicepresidente de la República de Perú, fundador y presidente de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), Raúl Diez Canseco Terry. 

«Nuestra obligación es ayudar al que lo necesita temporalmente, pero sobre todo promover políticas que puedan dar empleo, seguridad y oportunidades. Eso es lo importante», ha proclamado Aznar al ser preguntado por cómo valora esta renta mínima que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez, instaurado por vez primera en el marco estatal.

Aznar ha argumentado que es «difícil» aprobar una norma como el ingreso mínimo vital (IMV) «con un 110% ya a día de hoy de deuda del PIB, y al mismo tiempo decirle a Europa que necesitas transferencias» para financiar las consecuencias de la crisis. Las cosas hay veces que no cuadran porque no tienen su sentido», ha dicho.

Por eso, ha admitido que ese ingreso mínimo puede ser «necesario» pero siempre «desde el punto de vista temporal» y ha dicho «no tener ninguna duda al respecto», para añadir que la «gran cuestión estructural es el crecimiento, el empleo, la empresa, la inversión y las oportunidades».

Ocho años de libremercado
Aunque ha sacado pecho de sus ocho años de gobierno, Aznar profundizó en la reforma laboral de 1997, que fue la que impulsó los contratos a tiempo parcial porque , a su juicio, «hay que crear empleo», aunque no sea de calidad ni suficiente para vivir; rebajó el IRPF para las rentas altas al pasar de 56% al 45%; redujo los impuestos a las empresas con reducciones en el Impuesto de Sociedades; y eliminó el Impuesto de Actividades Económicas para el 92% de las empresas.

Los gobiernos de Aznar potenciaron además las privatizaciones y liberalizaciones del sector público empresarial entre 1996 y 2004, con privatizaciones sonadas en las telecomunicaciones, la energía, el transporte, entre otras, que llenaron las arcas públicas, necesitadas para equilibrar la balanza al haber reducido impuestos a quienes más tenían.

Entre 1997 y 1998 se dieron las ventas de Telefónica, Endesa y Repsol. A lo largo de los dos gobiernos de Aznar, el peso de las empresas públicas sobre el mercado bursátil pasó del 10% al 1%. Y su Gobierno proclamaba a los cuatro vientos que la mejor política económica era dejar hacer al mercado, con lo que siempre beneficia a quienes más tienen.

A pesar de  todo, hoy ha recordado en esa charla con Perú que dejó el Gobierno español en 2004 con «un endeudamiento del 38% del PIB». «Y hoy vamos a llegar el año que viene, muy probablemente al final de este año, al 120% del PIB», ha apuntado.

Además, ha dicho que dejó el país con superávit presupuestario y en la Seguridad Social, aunque no ha  sido capaz de explicar que han sido los gobiernos de uno de sus preferidos entonces en su gobierno, Mariano Rajoy, quienes han elevado la deuda de forma desproporcionada y han gastado la «hucha de las pensiones», además de practicar las peores reformas laborales para la clase trabajadora.

Junto a todo ello, ha indicado Aznar que esta crisis será «probablemente la más grave en el orden mundial después de la II Guerra Mundial». Y ha añadido que las pandemias en la historia «nunca han producido grandes cambios estratégicos», sino que «lo han hecho las guerras entre las potencias y los grandes poderes que competían».

«Salario familiar»
En este contexto, los obispos españoles han expuesto una posición bastante diferente: proponen incorporar un «salario familiar» al IMV y piden que los migrantes en situación administrativa irregular puedan acceder esta prestación, porque «la intención» de este ingreso es «ayudar a los que están en situación más difícil».

Luis Argüello, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ha explicado que la figura del «salario familiar» fue propuesta por el Papa Juan Pablo II en una encíclica sobre el trabajo, en la que se refiere a la realización por parte de las familias de otro tipo de actividades no remuneradas como el cuidado de los hijos o de las personas mayores.

Estas actividades, según ha precisado el portavoz de los obispos, son «intangibles desde el punto de vista de cuantificación a través de un salario», pero «tienen una importancia muy grande, también económica» y son «valiosas para la vida social».