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La nueva propuesta para el fondo anticrisis de la UE prevé un mayor control de las ayudas

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea discutirán en la cumbre de la próxima semana (viernes 17 y sábado 18) una nueva propuesta para el fondo de recuperación económica que contempla una mayor control para el desembolso de las ayudas al requerir el visto bueno previo de una mayoría de los Estados miembros.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha comparecido este viernes en Bruselas. (Kenzo TRIBOUILLARD |AFP)
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha comparecido este viernes en Bruselas. (Kenzo TRIBOUILLARD |AFP)

El nuevo planteamiento que ha presentado este viernes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantiene el tamaño del fondo (750.000 millones) y el equilibrio entre transferencias y préstamos (500.000 millones y 250.000 millones, respectivamente), pero da más poder al Consejo de la UE (los Estados miembros) para aprobar o rechazar los planes estatales que cada capital debe enviar para acceder a las ayudas.

En concreto, los programas estatales de reformas tendrán que recibir luz verde de una mayoría cualificada de los socios antes de recibir los fondos. Después, las ayudas se irán desembolsando en varios tramos a medida que se vayan completando una serie de criterios preestablecidos.

El mayor papel de los Estados miembros es uno de los tres elementos que refuerza la condicionalidad de plan.

Además, el 30% del dinero que pidan los Estados debe estar destinado a la transición climática y también prevé un mecanismo para vincular el desembolso al respeto del estado de derecho.

Charles Michel ha reconocido que se trata de un asunto «sensible» entre los Estados miembros, que tienen «diferentes opiniones» sobre la condicionalidad vinculada al fondo de reconstrucción. «Lo que proponemos es un puente», ha defendido el presidente del Consejo Europeo.

Concesiones a los «frugales»

El ex primer ministro belga ha defendido que su propuesta es «una base sólida» para el acuerdo al incluir el «equilibrio» adecuado entre las diferentes posiciones de las capitales, aunque ha avanzado que la cumbre de la próxima semana será complicada.

«Sé que durante la cumbre tendremos debates difíciles y cuento con la valentía política, es el momento de actuar y decidir», ha subrayado.

Además de la elevar la condicionalidad, la propuesta de Michel recogen otras cesiones a la posición que defienden, entre otros, Países Bajos, Austria, Dinamarca o Suecia, conocidos como «los cuatro frugales».

Así, propone adelantar dos años, a 2026, el momento en el que la UE empiece a devolver la deuda que emita para financiar la recuperación y mantener los «cheques» que reducen la contribución estatal al presupuesto comunitario de los socios más ricos.

También ha accedido a cambiar la clave de reparto de las ayudas: el 70% se repartirían siguiendo la metodología de la Comisión Europea y se distribuirían entre 2021 y 2022, pero el 30% restante se repartiría en 2023 teniendo en cuenta el desplome del PIB en los dos años anteriores.

Recorte en el presupuesto plurianual

Más allá del plan de reconstrucción para levantar la economía europea tras la pandemia de  covid-19, el presidente del Consejo Europeo propondrá a los líderes recortar el presupuesto comunitario para los próximos siete años, que también se conoce como marco financiero plurianual (MFF, por sus siglas en inglés).

Frente a los 1,1 billones que el equipo de Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, defendía para el periodo 2021-2027, la nueva «caja negociadora» contempla un presupuesto de la UE que ascendería a los 1,074 billones.

El presidente del Consejo intentará también que los jefes de Estado y de Gobierno pacten el calendario para poner en marcha nuevos recursos propios de la UE.

En particular, sugiere poner en marcha una tasa sobre el plástico ya en 2021 e introducir una tasa digital un gravamen a la entrada de carbón en el bloque en 2023.

Michel plantea, por otro lado, crear un fondo de contigencia de 5.000 millones para atajar los imprevistos derivados de un Brexit en los sectores y Estados miembros más afectados.