Los dos ganadores del 12J han sido PNV y EH Bildu, pero no al mismo nivel. En términos de gobernabilidad ha sido el partido jeltzale el que logrado su objetivo; mayoría absoluta con el PSE en el Parlamento de Gasteiz. Pero en términos de avance político, es el independentismo de izquierdas quien sale muy reforzado, porque en un contexto de ocho puntos más de abstención, lo que supone que han ido a las urnas 162.000 personas menos que hace cuatro años, es la única fuerza que logra más apoyos que entonces: 23.516 a la espera del voto CERA.

Por contra, el PNV se ha dejado en el camino 48.739, algo atribuible casi en su totalidad al incremento de la abstención, puesto que en porcentaje de voto útil entonces tuvo un 37,3% y ahora es un 38,7. Es, por tanto, un cuantioso paso atrás en voto que en realidad esconde un pequeño paso adelante en presencia. En el caso de EH Bildu ocurre lo contrario; hay un ligero avance en voto que en realidad es un salto poderoso en porcentaje; del 21,1% al 27,5%. Con ello supera la barrera del 25% que no había pasado hasta la fecha, ni siquiera con el arrollador resultado de Amaiur en las estatales de finales de 2011, justo después de Aiete: se quedó en un 24,1%.

Salto de EH Bildu en Araba, ¿techo del PNV en Bizkaia?

El peso de las dos grandes formaciones en esta parte del país se ha modificado por tanto, lo que hace conveniente entrar en detalles. Por herrialdes, EH Bildu gana terreno con fuerza en todos los territorios, pero porcentualmente más en Araba (del 17,8% al 24,65%) que en Bizkaia (17,46% a 23,72%) y en Gipuzkoa (donde realmente ya era muy fuerte antes y ahora se va del 28,68% al 34,86%, lo que significa que más de un tercio de votantes optó por la papeleta de Maddalen Iriarte).

En cuanto al PNV, ha subido también mucho en Araba, casi cuatro puntos (del 28,01 al 31,93%); también en Gipuzkoa, algo más de dos puntos alcanzando el 36,19%; y menos en Bizkaia, donde realmente ya está en una cota del 42,2% muy difícil de superar. Aquí apenas cosecha un 0,39% más que en 2016, pero le han votado 38.500 personas menos que entonces. En Gipuzkoa y Araba han sido algunos menos, pero casi los mismos. Cuatro de cada cinco sufragios los ha perdido en Bizkaia, por tanto.

En este territorio, la lista jeltzale ha tenido 14.000 votos menos en Bilbo, de 69.332 a 55.614. Y no hay una sola localidad en que haya cosechado más sufragios que en 2016; solo en Gizaburuaga iguala el resultado de entonces (32 votos). Las mayores caídas se han producido en localidades de Ezkerraldea como Portugalete (de 8.008 a 6.379), Santurtzi (8.722 a 6.806), Sestao (4.951 a 3.749) y por supuesto Barakaldo (15.577 a 13.162). Podría pensarse que el PSE ha recuperado votos en esta zona tradicional, pero no, porque también ha bajado.

No le ha ido mucho mejor a Sabin Etxea en feudos habituales como Getxo, donde se reduce de 17.576 a 15.177, o Durango (500 votos menos tras la pérdida de la alcaldía hace un año).

Con menos vaivenes, en Araba sobresale el bajón jelkide en Laudio (de 3.442 a 3.197) y Amurrio (2.298 a 2.034). En Gasteiz se queda casi igual; 1.200 votos menos, seguramente al saco engordado de la abstención.

Por lo que atañe a Gipuzkoa, conviene fijarse en Andoain, una de las localidades con mayor vaivén; la lista jeltzale ha caído de 1.858 a 1.541. También ha perdido 400 votos en Errenteria, Hondarribia y Ordizia (localidad con connotación especial este 12J por la pandemia); 300 en Azkoitia, Tolosa o Elgoibar; 200 en Beasain, Pasaia o Bergara... sus mejores resultados son subidas en Irun o Urretxu y casi repetir voto anterior en Zarautz.

EH Bildu salta en Ezkerraldea y avanza en casi toda Gipuzkoa y Araba

Si ahí baja el PNV, ¿dónde sube EH Bildu? No se constata una correspondencia directa, porque entre medio hay otras formaciones políticas y el refugio de la abstención, además del lógico cambio demográfico de cada cuatro años. Sí se percibe un movimiento al alza sostenido y uniforme, que constata en las capitales.

Las listas de Iriarte, Mikel Otero y Jasone Agirre han ganado apoyos en las tres; casi 3.000 votos en Gasteiz, superando los 20.000; 2.500 en Bilbo, pasando a 23.974; y casi 1.400 en Donostia, hasta 19.324. En las tres tiene por tanto una masa de votantes similar, pese a sus muy diferentes demografías y afinidades políticas históricas. Con todo, también conviene reparar en que esos 63.000 votos en las grandes ciudades son apenas la cuarta parte del total que acumula, algo que le sigue confirmando como una fuerza más rural que urbana.

En el territorio en que muestra más fuerza, Gipuzkoa, destaca el avance en Andoain, Bergara,  Eibar, Arrasate, Elgoibar, Hernani, Hondarribia, Lasarte-Oria, Legazpi, Mutriku, Ordizia, Orio, Pasaia, Tolosa, Zarautz o Zumarraga. Pero sobresalen especialmente dos puntos: Oñati, donde ha cosechado 400 papeletas más, y Zumaia, casi otro tanto.

En Bizkaia el salto es muy patente en Ezkerraldea: de 1.519 a 2.080 en Sestao, 2.654 a 3.156 en Portugalete y sobre todo Santurtzi (3.275 a 4.034) y qué decir de Barakaldo, con más de 1.000 votos nuevos, superando los 6.200. No obstante, EH Bildu sube también en lugares con más peso histórico como Bermeo, Ondarroa... Y tiene un resultado muy importante en Basauri, de 2.571 a 2.991, e incluso en Getxo, con 320 votos más. También en Durango, tras obtener la vara de mando hace un año, dado que pasa de 3.614 a 4.200.

La mayor pujanza, con todo, es en Araba: sube respecto a 2016 en todas las localidades salvo Okondo (ocho votos menos), Legutio (tres votos), Bernedo (tres) y Harana (uno).