En la previa frente al Celta, el técnico rojillo, Jagoba Arrasate, ya reconoció que veía a sus pupilos un tanto «saturados» por el frenético ritmo competitivo implantado para concluir las últimas once jornadas del campeonato liguero en apenas un mes, de ahí que, tras la victoria frente al conjunto celeste, les concedió un descanso de dos días.

Cumplido ese merecido receso, la plantilla ha regresado hoy al trabajo en Tajonar, con una importante nómina de futbolistas renqueantes por el esfuerzo realizado y que, salvo sorpresa, ya no serán de la partida en los dos últimos partidos que restan, en los que la escuadra navarra va a ejercer como juez en la lucha por el título y por eludir el descenso.

El único que tiene alguna posibilidad de ser incluido en las próximas convocatorias es Rober Ibáñez –inédito en el regreso a esta nueva normalidad futbolística–, quien ya se ejercita a pleno rendimiento con el resto del grupo, pero con el que, dado su historial de dolencias acumuladas y recaídas varias, seguro que Arrasate va con cuidado y no quiere forzarle, pensando en la próxima campaña, que ya está a la vuelta de la esquina.

En cuanto al resto, Chimmy Ávila ha trabajado también con sus compañeros, pero sin realizar algunos ejercicios más intensos, tal y como viene realizando en los últimos días, mientras que Rubén García, Marc Cardona y Unai García prosiguen con sus respectivos procesos de recuperación de los diversos contratiempos físicos que padecen.

Osasuna vuelve a entrenar mañana, jornada en la que se hará pública la expedición rojilla que viajará en avión a Barcelona, para medirse en el Camp Nou a una escuadra azulgrana que aspira a mantener hasta el último momento sus opciones de luchar por el título liguero, que son más bien pocas.

El encuentro será dirigido por el colegiado murciano José María Sánchez Martínez, quien ha arbitrado a Osasuna en seis ocasiones, en las que la escuadra navarra nunca ha sumado ni un solo punto. La última fue frente al Granada, con un resultado de 0-3.