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La proximidad de los Pirineos hace de Nafarroa tierra de sismos, aunque solo un registro pasó de 5

Lizoain no es precisamente un nombre ajeno en los archivos sísmicos. Esta localidad ha sido epicentro de muchos movimientos como el de este madrugada, relacionados con la cercanía de los Pirineos y habitualmente imperceptibles para el ser humano. Excepciones; la de 1998 o la de esta misma noche.

Lizoain, epicentro sísmico más que habitual en Euskal Herria. (Iñigo URIZ | FOKU)
Lizoain, epicentro sísmico más que habitual en Euskal Herria. (Iñigo URIZ | FOKU)

El temblor sentido esta madrugada en Iruñerria e incluso más allá de Nafarroa, de 4,6 grados en la escala de Richter, es uno de los más potentes en una zona como Euskal Herria que no es de especial intensidad sísmica.

Es aproximadamente partir de 5 grados cuando hubieran podido producirse más daños, incluidas desgracias físicas. ¿Ha ocurrido alguna vez? Pues según los datos del Instituto Geológico español, sólo una. Fue el 27 de octubre de 1998, con epicentro en Lizarraga, y alcanzó los 5.2 grados en la escala Richter y el nivel V de intensidad. Y hablamos de datos estadísticos que abarcan desde 1853. Lo recogía un reportaje de Joseba Vivanco en GARA con ocasión de otra ola de movimientos sísmicos concatenados en 2010.

Hasta los 4.5 grados se han registrado algunos más, como el 18 de setiembre de 2004, con su centro en Nagore y que incluso se dejó sentir hasta en pisos de los edificios más altos de la capital donostiarra. Numerosas casas en localidades navarras próximas a su localización, como Lizoain o Irurtzun, sufrieron grietas en su estructura. «En Nafarroa se han registrado muchos sismos de magnitudes entre 3 y 4, aunque en Araba y Gipuzkoa también hay entre 2.5 y 3.8», recuerdan lo geólogos.

El territorio navarro es, dentro de los límites de Euskal Herria, el que, con diferencia, acumula el mayor número de movimientos telúricos. En el último milenio, más de setenta se han dejado sentir en las poblaciones más próximas a sus epicentros.

Si se revisa de forma periódica la base de datos del citado Instituto geológico español (www.ign.es), seguro que se encuentra algún pequeño temblor en tierras navarras. Y muchos con epicentro en Lizoain, un lugar donde ya están habituados a sentir de manera leve que, a veces, la tierra se mueve bajo sus pies.

Nafarroa es tierra de sismos, aunque prácticamente inapreciables. Pero cada pocos días nos podemos encontrar con que, quién sabe, quizá nuestro perro perciba uno de esos tenues movimientos -los seres humanos lo hacemos a partir de una escala de 3-4 grados-.

Dentro del mapa sismológico de la Península Ibérica, Nafarroa, Gipuzkoa y Araba son los territorios vascos incluidos en algún nivel de riesgo. La proximidad con los Pirineos tiene la culpa. La placa africana y la europea entran en colisión en una línea que discurre a través de la costa africana, Italia -el monte Cervino es una de las mugas entre ambas- y Turquía.

Son, precisamente, las áreas más próximas a ambos lados de la cordillera pirenánica las que más riesgo tienen de sufrir estos temblores. La otra zona que también suele «moverse» es la del entorno de Iruñea, por donde cruza una de las fallas que atraviesan Euskal Herria, que desde el sur de Nafarroa Beherea se introduce en Baztan, baja hasta Lekunberri e Irurtzun, y de ahí pasa a la Sakana.