Oihane Irazu
BILBO
Elkarrizketa
Maitena Monroy
Fisioterapeuta experta en violencia de género y profesora de autodefensa feminista

«El mensaje ‘quédate en casa’ ha sido terrible para miles de víctimas»

Maitena Monroy, experta en violencia de género, cuenta lo que muchas mujeres han tenido que sufrir durante los meses de confinamiento domiciliario. Una situación que piensa que se podría haber mejorado con el apoyo de las instituciones y más recursos para garantizar la protección de las víctimas.

Maitena Monroy. (Marisol RAMIREZ/FOKU)
Maitena Monroy. (Marisol RAMIREZ/FOKU)

Maitena Monroy (Bilbo, 1972) lleva más de treinta años volcada en la autodefensa feminista, convencida de que es posible acabar con la violencia contra las mujeres. Coincidiendo con el inicio del confinamiento, el pasado mes de marzo, publicó una interesante guía para ayudar a las mujeres que se quedaron aisladas con un maltratador, un artículo que tuvo gran repercusión. Ocho meses después, le pedimos una valoración de lo sucedido en este periodo.

Leemos el titular: «Bajan las denuncias por violencia machista durante el confinamiento». El acudir a denunciar, ¿pudo estar condicionado por el simple hecho de convivir, sin poder salir del domicilio, con su agresor?
Por supuesto que sí. Es como las cifras que nos ofrecen de la Covid-19. Las cifras no tienen una posibilidad de interpretarse. «Bajan las denuncias», dice el titular, pero se multiplican las llamadas a números de emergencia y ayuda. Por eso, no es un dato fiable de la situación real. A las mujeres nos cuesta mucho denunciar, y además en esta crisis, la situación ha sido y es peor, y claro, al no poder acudir a estos centros de ayuda, por el temor de tener que estar 24 horas encerrada con su agresor, les ha sido muy difícil dar el paso. Hay que tener en cuenta que muchas veces el acceso a los recursos de emergencia estaban limitados en el tiempo de confinamiento. Entonces a mí me parece que los datos nunca son las referencias, nunca son la conclusión ni un buen test para valorar la situación real. Como digo, bajan las denuncias, pero, ¿por qué? Viendo que aumentan las llamadas pidiendo ayuda, se sabe por qué.

¿Cree que el confinamiento ha derivado en la aparición de violencia machista en algunos hogares?
Sin lugar a dudas. Sobre todo se han hecho más evidentes las formas de violencia que igual, cuando tenemos más actividades en el día a día o estamos trabajando, no son tan visibles, pero que en situaciones de estar en casa sin salir, te abren los ojos, te vas dando cuenta. Y luego el propio confinamiento ha generado una situación de crispación, a nivel personal, colectivo, social… y eso indudablemente se ha trasladado en un incremento en la violencia contra las mujeres.

Porque ya sabemos que los maltratadores maltratan porque tienen beneficios, pero también la violencia es una forma de descargar su ira, su rabia… y si en un momento dado, en la situación de confinamiento ha generado una situación de crispación, se ven con el derecho de descargar su rabia. De hecho. durante el confinamiento, hay gente que ha descubierto que le encanta su pareja, y gente que no sabe qué hace con esa pareja.

Deberíamos hablar también sobre qué ha pasado con los abusos sexuales en la infancia, cuando sabemos que la mayoría de los abusadores son hombres del entorno familiar, habría que saber qué ha pasado con niños y niñas durante el confinamiento. Datos, que no tenemos, porque ¿cómo vamos a saber qué pasa si no han podido salir de casa? El tema de no poder compartir su situación de abusos en un ámbito educativo, ha hecho que los niños y las niñas hayan estado en una situación de vulnerabilidad. Por eso, el mensaje tan repetido de ‘Quédate en casa’ porque en casa estás segura, para niños, niñas y mujeres en situación de violencia ha sido todo lo contrario, les hemos condenado a quedarse en su cárcel.

¿Cree que las instituciones deberían ofrecer servicios o involucrarse más para ayudar a víctimas de violencia machista a hacer frente a una ruptura y un abandono del hogar?
Sin lugar a dudas. El gobierno está incumpliendo el pacto del estado, el convenio de Estambul… En definitiva, está incumpliendo todas las leyes que tienen que ver con la igualdad, ningún gobierno ni estatal ni autonómico lo están cumpliendo.

Podemos verlo muy de cerca con lo que ha pasado con Emakunde. Urkullu ha decidido que la igualdad sea algo sectorial, en vez de algo transversal. Entonces se deja ver que no hay un compromiso político firme para erradicar la violencia contra las mujeres, y tenemos que seguir exigiéndolo, porque es posible erradicar la violencia contra las mujeres. Pero sin un compromiso político, económico y que conlleve recursos humanos con la formación feminista necesaria, no vamos a erradicar esa violencia. Son elementos que tienen que ver con trabajar las políticas de igualdad desde la transversalidad, para garantizar la protección desde la legalidad.

Porque sabemos que tiene origen en la desigualdad, y habría que preguntar a nuestros gobernantes por qué no están desarrollando el pacto de Estado, por qué no están poniendo las medidas necesarias. Hay que trasladarles a los que estén en el poder y tienen el deber de cumplir con las leyes, el por qué no se está haciendo. Podemos hablar de que la violencia contra las mujeres ha sido un eje político a lo largo y ancho del mundo, pero llevamos muchas décadas diciendo qué es lo que hay que hacer. Pero, ¿por qué no se hace? Porque no hay un compromiso político real. Porque vuelvo a decir que la violencia es una resistencia a la igualdad, si queremos erradicar la violencia, tenemos que erradicar la desigualdad de nuestras vidas. Y creo que este momento de crisis, que se solapa con otras crisis, es altamente peligroso para el derecho de las mujeres.

Si en este momento se produjera otro escenario de confinamiento, ¿qué le recomendaría a una víctima
¿Cuál es el problema si nos vuelven a confinar? Que las cosas hay que planearlas, y viviendo esta situación, es casi imposible planear algo de un día para otro. Hoy tu rutina es normal: madrugas, vas al trabajo, al gimnasio, quizá a dar un paseo al monte... y mañana puede que tengas que estar en aislamiento domiciliario por ser un contacto estrecho de un positivo. Y con tu agresor. En aislamiento.

Pero muchas víctimas de violencia no han identificado la violencia. Te pongo un ejemplo; si a la gente le dices qué opinan cuando escuchan la palabra «violencia», le suele venir a la cabeza la violencia física. Pero no hay violencia física sin previa violencia psicológica. Es muy importante tener los elementos adecuados para identificar la violencia en todos sus aspectos. Por lo tanto, ¿qué recomendaría a una mujer víctima de violencia?

Pues seguramente una mujer tiene más recursos pensados que otra mujer que no sabe que es víctima de violencia. Lo primero por tanto es darse cuenta de que son víctimas de violencia machista. y a partir de ahí, pensar la estrategia, y después, cómo abandonar la relación. Porque una mujer víctima de malos tratos abandona la relación, no sale de la violencia. Porque a nivel institucional se sigue haciendo violencia contra las mujeres con la victimizacions secundaria, y luego porque el maltratador a pesar de no convivir ya con la víctima, sigue acosando a la víctima. Entonces lo que hay que hacer es planificar muy bien la ruptura, y es una cosa muy compleja. Porque una de las cosas es que una mujer puede romper la relación, pero el maltratador no. Y la gente dice: pues que se vaya de casa. Ya, y ¿a dónde va? ¿qué recursos institucionales tenemos para acoger a esas mujeres?

Por eso es muy importante planificar la estrategia, tener claro cuáles son tanto los recursos institucionales como los recursos afectivos. Saber en quién se puede confiar… hay que planificar para no poner en riesgo a la mujer, porque es el momento clave, el romper la relación.