Ipizte y Tellamendi desde Arrazola: circuito bajo la sombra de Anboto

La esbeltez de la cumbre de Anboto es un referente visual obligado cuando se contemplan las alturas calizas del Duranguesado desde el valle de Atxondo. Pero la montaña es diversa y a la sombra del rey del macizo se acogen otras cumbres secundarias menos llamativas que ofrecen al excursionista una atractiva variedad de objetivos. Es el caso de las cumbres de Ipizte y Tellamendi, que vamos a recorrer en un atractivo recorrido circular.

Arrancamos nuestra andadura junto a la iglesia de Arrazola, con la omnipresente masa rocosa de Anboto dominando el paisaje. Una estrecha carretera asciende frente a los caseríos Goiko Bekoa e Iturritza. Dejamos a la derecha un ramal que nos llevaría directamente hacia las laderas de Anboto (13 min) y continuamos pisando asfalto siguiendo el balizaje del PR BI-201 hasta pisar el enrejado de un paso canadiense en la proximidad del caserío Agerre (18 min). Abandonamos aquí la pista para tomar otra ascendente a la derecha, para encontrarnos enseguida con el depósito de aguas de Agerre goikoa. Pronto cruzamos una langa en la vecindad de una antigua borda para salir a terreno abierto pisando un precioso camino calzado. Con las aguas de Errekaundi a nuestra izquierda, vamos ganando altura por el venerable sendero cuyo trazado nos obliga a cruzar su cauce para ganar ahora altura penetrando en un precioso hayedo.

Cuando emergemos de su cobijo, nos encontramos con una impresionante perspectiva del paredón de la cara este de Anboto (1.15 h).

Muy próxima nos queda la cumbre de Andasto, a la que podemos llegar siguiendo un sendero que rodea su peñasco cimero o abordar directamente una sencilla trepada. La cima de Andasto (810 m) (1.25 h) tiene apariencia modesta desde este acceso, pero desarrolla hacia el oeste un impresionante espolón rocoso que apreciaremos en el descenso.

De nuevo en el collado, avanzamos hasta enlazar con la pista que sirve de ruta a la GR 123. Vamos a continuar por ella hacia la izquierda (SO) hasta la cercana curva en la que se encuentra una señalización de prohibición de tránsito de vehículos. Aquí vamos a echarnos al monte, acometiendo el ascenso de una amplia campa hasta alcanzar un hombro identificable por los abrevaderos metálicos de ganado que hay allí instalados.

A partir de este punto deberemos estar muy atentos a las trazas de sendero y, sobre todo, a las poco visibles marcas de pintura que nos irán orientando entre el bosque y los roquedos hasta alcanzar la intrincada cima de Ipizte (1.062 m) (2.10 h).

Tellamendi, al regreso

Vamos a regresar por el mismo camino hasta el collado por el que discurre la pista. Si alzamos entonces la vista hacia el rumbo SO, observaremos la evidencia del camino que vamos a recorrer hasta la cima de Tellamendi. Primero por la ancha pista, más adelante y a partir del collado de Ipisteagarria evitándola por un sendero paralelo que nos situará en la proximidad de la cumbre de Tellamendi, rematada por una gran cruz metálica (835 m) (3.10 h).

Es el momento de iniciar el regreso a Arrazola. Para ello deberemos retroceder hasta un poste indicador que marca la ruta de descenso hacia la barriada de Gantzaga. Pero nuestro rumbo va a ser el opuesto. Nos adentramos en un bosque de corpulentos pinos. La pista va perdiendo altura, describe una profunda curva y se orienta hacia la ladera Este de Andasto. Llegamos así a un punto en el que la pista se ve cortada por una alambrada (3.25 h). Es el momento de tomar a la izquierda por la pista que asciende con rotundidad durante unos minutos para estabilizarse poco después e iniciar un faldeo por un agradable sendero que irá bordeando poco a poco los espectaculares roquedos de Andasto.

El sendero pierde su encanto cuando penetra de nuevo entre pinares y convertido en una pista nos irá acercando de nuevo hasta los caseríos de Arrazola (4.30 h).