XANDRA ROMERO
SALUD

Productos «adelgazantes», ¿te la juegas?

Seguro que conocemos a gente que no es capaz de tomarse un ibuprofeno cuando le duele la cabeza, porque no quiere tomar tanta medicación, pero luego, en cambio, ingiere alegremente una pastilla para «eliminar las grasas» (o similar). Con frecuencia, tenemos resistencia a tomar medicación pautada por profesionales, pero, en cuanto a estética se refiere, nos liamos la manta a la cabeza sin tener en cuenta las consecuencias para nuestra salud.

Y es que tales son los casos registrados de enfermedad e incluso fallecimiento relacionados con estos productos, que las autoridades pertinentes han tenido que actuar. Hablamos en concreto del 2,4-dinitrofenol (DNP), vendido como «quema-grasas» y sobre el que la OMS, tras una muerte en el Reino Unido, se ha visto obligada a emitir un comunicado. Este producto químico –utilizado en la fabricación de municiones, como herbicida, y también en la fabricación de tintes, conservantes de la madera y productos químicos fotográficos– se vende por internet para personas que buscan perder peso. Pero este producto químico industrial ha causado enfermedades severas y muertes en varios países en los últimos dos o tres años.

El efecto adverso más común asociado a su uso es la erupción cutánea, pero se ha informado de neuritis periférica, que afecta principalmente a las manos, gastroenteritis, cataratas y sordera permanente, entre las más graves.

Los efectos tóxicos incluyen confusión, agitación, coma, convulsiones, hipertermia –potencialmente mortal, superando los 40°C de la temperatura corporal–, taquicardia, sudoración y colapso cardiovascular. Por si esto fuese poco, no hay antídoto para la intoxicación por DNP.

Da miedo, ¿verdad? Pues no es el único ejemplo. Por eso, el Comité Científico de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) ha emitido un informe en el que desarrolla una hipótesis metabólico-nutricional que explica el posible efecto de casos registrados de daño hepático; en concreto, hepatomegalia, esteatohepatitis (inflamación) y necrosis hepática, que puede desembocar en cirrosis, fallo hepático y cáncer hepático en consumidores de productos adelgazantes de forma habitual.

Según el informe de 2008 del CNA, estos productos son los que se venden como preparados sustitutivos de comida para control de peso, como complemento alimentario de, por ejemplo, vitaminas y minerales, complementos alimentarios con efectos nutricionales, preparados con alto contenido en proteínas y otros similares.

Una pérdida de peso muy rápida (más de un kg/semana), incluso ya en los primeros días de una restricción calórica drástica y el uso continuado de estos productos, genera un exceso de grasa que ha de ser eliminado por el hígado. Pero si este no es capaz o el exceso de grasa no puede ser reexportado, lo que hace el hígado es guardar esa grasa, dando lugar a un hígado graso.

Es decir, se compran y toman libremente productos que pueden provocarnos serias enfermedades, a veces irreversibles, y sin embargo, a pesar de estos comunicados de las entidades responsables, el mercado de los productos adelgazantes sigue creciendo día a día… Pero recuerda, ¡es tu salud la que está en juego!

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