Si en nuestro anterior post se hablaba de cancelaciones y retrasos en los vuelos, hoy lo haremos sobre el deterioro, extravío y pérdida de nuestro equipaje. La escena es muy habitual en todos los aeropuertos: siempre hay alguien contrariado porque su equipaje o no está en la cinta transportadora o la maleta llega hecha unos zorros. Si te encuentras entre los gafados, aunque te hayan dado el día, recuerda que debes tramitar la queja de inmediato.

En los mostradores de la compañía de transporte o de AENA, se deberá solicitar el Parte de Irregularidad de Equipajes (PIR son sus siglas); y, una vez en destino, podrás también realizar tu propia reclamación escrita al servicio del cliente de la empresa. En el caso de encontrar cerrados los mostradores, algo muy común en los últimos vuelos de nuestros aeropuertos vascos, se solicitará a cualquiera de las policías aeroportuarias la comprobación del estado del equipaje deteriorado o manipulado.

Si el problema es que tu equipaje no aparece en la cinta transportadora, los primeros pasos a dar son los mismos que en el caso de deterioro: es decir, solicitud del PIR, reclamación escrita a la empresa de transporte contratada, junto con un desglose detallado de todas nuestras pertenencias y su precio estimado. El tope de indemnizaciones ronda los 1.100€, salvo que, a la hora de facturación, hayamos realizado lo que se llama Declaración Especial de Valor, y que tiene un coste según la compañía de que se trate. Suele oscilar entre el 5 al 15 por 1000 de lo declarado.

Es importante recordar que, si bien la primera reclamación se hace antes de abandonar el aeropuerto, para la segunda, que se hace en destino, los plazos son estos: en caso de rotura o deterioro, siete días desde la fecha de recepción de la maleta; en caso de extravío con retraso en la entrega, el tope son 21 días; y en el supuesto de que transcurridos estos 21 días siga sin aparecer, ya se considera pérdida y hay que ir a por todas, incluso el daño moral por el grave incidente.