TERESA MOLERES
SORBURUA

Podar las vivaces

Si dejamos sin podar las vivaces, las que viven más de dos años subsistirán sin nuestra ayuda. Sin embargo, si queremos que su porte sea atractivo durante largo tiempo es necesario cortar y hacerlo bien. Cabe recordar que el cortar no perjudica a la planta; al contrario, la planta agota sus reservas al tener que fabricar semillas, por lo que resulta más inteligente prescindir de los tallos que llevan flores marchitas. De esta manera, al eliminar los ejemplares destrozados se prolonga la floración como sucede con dalias, lupinus y rudbeckias.

A las vivaces en tiesto, que son sensibles a las bajas temperaturas, antes de buscarles un lugar protegido donde resguardarlas hay que seccionarles parte del follaje. Lo mismo ocurre con los bulbos, a los que conviene quitarles las hojas que se están secando. En el caso de las gramíneas tenemos dos opciones: podarlas ahora, para que el jardín tenga un aspecto limpio o dejarlas durante el invierno, para que sirvan de cobijo a la fauna auxiliar, y retrasar su poda hasta febrero.

La eliminación regular de las inflorescencias marchitas de dalias, delfinios, lupinos y camomilas se prolonga e incluso induce a una segunda floración más pequeña. Es importante dejar solo algunos tallos para que la planta se resiembre por sí sola. Crocosmias y acantos son vivaces con exceso de semillas; para limitar su propagación hay que cortarlas antes de que se formen.

El corte o pinzamiento también se utiliza para que la planta permanezca compacta y no pierda su forma. La santolina se abre por el viento y descuida su forma de cojín plateado. Como la floración amarilla no es nada especial podemos aprovechar el corte de formación para podar las flores. Con los crisantemos, el pinzamiento se hace para retrasar la floración y que el crisantemo permanezca erecto.

Además, el tajo evita el crecimiento no deseado de algunas invasoras, como sucede con la tapizante pachysandra, a la que hay que limitarle su terreno antes de que se extienda.

Por último, algunas vivaces como las aromáticas o condimentarias endurecen sus hojas con la floración, por lo que, para obtener hojas tiernas y gustosas, es necesario suprimir sus flores antes de que aparezcan.