Marian Azkarate
EL FUTURO NUNCA HA ESTADO TAN CERCA

¿Mandarán los robots a la cola del paro a los seres humanos?

La próxima revolución consistirá en la llegada de los robots a los puestos de trabajo. Pero, ¿podrán realmente sustituir a los humanos? La pregunta puede parecer pura ciencia ficción, pero no lo es tanto, no en vano los avances tecnológicos están mutando desde hace tiempo todo lo relacionado con el mundo laboral y el progreso en la inteligencia artificial hace presagiar una «toma de poder» por parte de los robots –y sus propietarios, lo que es más preocupante–, incluidos los empleos que exigen una alta cualificación.

Solo hay que fijarse un poco, porque hoy en día abundan los ejemplos del ascenso de la automatización: léase vehículos con autonomía que pueden dejar en paro a los taxistas –pese a que Uber haya sufrido un revés en este campo, que le ha obligado a interrumpir momentaneamente sus investigaciones tras un accidente–, el papel creciente de los algoritmos en el periodismo, los robots que informan a los clientes en los centros comerciales o las máquinas que ayudan a los cirujanos a reparar tumores cancerígenos o anomalías cardiacas.

Un estudio realizado en 2013 en EEUU por la Universidad de Oxford sobre 700 profesiones llegó a la conclusión de que un 47% de ellas eran susceptibles de ser automatizadas. Datos que han sido corroborados por un informe del centro McKinsey, según el cual «casi la mitad» de las actividades «podrían serlo si se adaptan a las tecnologías actuales». McKinsey, sin embargo, concluye que solo el 5% de los empleos podría ser «totalmente automatizado».

Sin embargo, según Vivek Wadhwa, empresario tecnológico y miembro de la Universidad Carnegie Mellon de Silicon Valley, estos estudios están muy alejados de la realidad. «Estas previsiones subestiman el impacto de la tecnología: entre el 80 y 90% de los puestos de trabajo serán eliminados entre los próximos diez y quince años», dice Wadhwa, autor de un libro sobre este asunto. «La inteligencia artificial está avanzando mucho más rápido de lo que se pensaba. Los asistentes personales Alexa o Google Home se están volviendo cada vez más inteligentes y, además, de forma más y más rápida. Microsoft y Google han demostrado que la inteligencia artificial puede entender el lenguaje humano mejor que los propios humanos».

Los asesores económicos de Barack Obama avisaron el pasado año de que la mayoría de los empleos que se pagan a menos de 20 dólares por hora son propensos a ser automatizados.... con consecuencias sociales alarmantes. En declaraciones a AFP, Yuval Harari, historiador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, nos quiere poner en guardia respecto a una tecnología que va a convertir a los seres humanos en «superfluos»: «Mientras que los algoritmos empujen a los humanos fuera del mercado de trabajo, la riqueza y el poder se concentrarán en manos de la pequeña élite propietaria de los algoritmos, creando una desigualdad social y política sin precedentes». Harari se refiere al estudio de Oxford, que clasifica por sectores la pérdida de empleo causada por la automatización: los más afectados serán cajeros (97%), panaderos (89%) y camareros (77 %).

La renta básica e impuestos para los robots. Por el contrario, James Bessen, economista e investigador en la Universidad de Boston, cree que se ha exagerado mucho, teniendo en cuenta que los avances tecnológicos conducen generalmente a crear más empleos, incluso si la naturaleza del trabajo cambia. «Los robots pueden reemplazar a los humanos en ciertas tareas, pero no en todas», explica, aunque tiene que admitir que es cierto que la automatización «va a destruir muchos puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados». Qué impacto tendrá realmente sigue siendo difícil de discernir, pero muchos ya comienzan a preguntarse acerca de cómo manejar los cambios que se producirán de forma inevitable.

Bill Gates, el fundador de Microsoft, ha abogado por regularizar la situación y crear un «impuesto para los robots», una idea en la que coincide Benoît Hamon, el candidato socialista a la presidencia francesa. En una entrevista, en la que Bill Gates compartió su visión de cómo debieran ser las cosas cuando los robots sean mayoría en los puestos de trabajo –un escenario que se pronostica será una realidad en la década de 2030–, explicó que si las compañías quieren reclutar robots como fuerza laboral tendrán que pagar por ellos los mismos impuestos que si fueran trabajadores humanos. Esta lógica obedece a que automatizándose las compañías aumentarán sus ingresos, al reducir costes e incrementar la producción, por lo que cada robot que utilicen tendría que ser gravado a un nivel similar, e incluso por encima, que el de un trabajador humano.

Sin embargo, esta solución podría ser contraproducente, en opinión de James Bessen: «Si creas impuestos para los robots ralentizarás los efectos positivos del proceso». Otros, como Bill Gates, propugnan la creación de una renta básica universal para compensar estas pérdidas de empleo que seguro llegarán, una medida que incluso ya está en el programa del candidato socialista francés.

Sin embargo, para Vivek Wadhwa, habría que buscar soluciones creativas más imaginativas a un problema más importante de lo que nos imaginamos: «La renta básica no va a resolver los problemas sociales causados por la pérdida de empleo, debido a que la identidad de las personas gira en torno a su trabajo. Aunque tengamos suficientes alimentos y energía, habrá que gestionar la agitación social. Hace falta ampliar el debate sobre esta cuestión». «Es muy posible que podamos hacer frente a ese desafío», agrega por su parte James Bessen: «Pero en los últimos veinte años se ha visto que no vamos en la dirección correcta».