KOLDO LANDALUZE
CINE

«Detroit»

Lejos de querer minimizar lo que Kathryn Bigelow consiguió al ganar el Óscar a la mejor dirección por “En tierra hostil” –ser la primera mujer en hacerse con este galardón–, lo verdaderamente reseñable en esta cineasta, guionista y productora estadounidense es su valentía a la hora de haberse hecho un hueco en un terreno muy poco explorado por las realizadoras, el thriller de acción. El talento visual de Bigelow siempre ha resultado muy llamativo y lo que topamos en su obra es un intento constante por imponer un sello propio y de marcado carácter. Si bien en sus primeras producciones todo ello parecía quedar eclipsado por el envoltorio visual, poco a poco está consiguiendo que esa fuerte personalidad suya adquiera un mayor protagonismo. En lo personal, me gusta la fiereza que se intuye en Bigelow cada vez que se coloca detrás de la cámara y quizás sea esta su principal virtud, lo cual no evita, por otro lado, que su trayectoria fílmica haya sido un tanto irregular y se le haya achacado un excesivo “instinto comercial”.

El éxito que cosechó con películas como “Acero azul” (1989) o “Le llamaban Bodhi” (1991) marcaría una trayectoria que le ha conducido por derroteros muy convencionales y que tuvo en las fallidas “El peso del agua” (2000) y “K-19” (2002) un obligado punto de inflexión. A partir de estas películas ya nada ha sido igual para Bigelow quien parece haber tomado una nueva senda en la que ha sabido equilibrar lo comercial y su sello personal. La excelente “En tierra hostil” (2008) –basada en un grupo de élite militar dedicado a desactivar explosivos en Irak– y “La noche más oscura” (2012) –recreación de la captura y ejecución de Osama Bin Laden–, son las credenciales que actualmente maneja una autora que, sobre todo en “La noche más oscura”, acentuó aún más sus intenciones al delegar en el poderoso personaje de Jessica Chastain un protagonismo que, en manos de cualquier cineasta masculino, hubiera recaído en el aguerrido equipo de soldados de élite que ejecutó la misión.

En su nueva apuesta –“Detroit”–, Bigelow ha fijado su interés en un cruento episodio estadounidense cuyo crescendo de violencia podría emparentarse a lo que Arthur Penn plasmó en “La jauría humana” (1966).

“Detroit” se centra en una de las revueltas raciales mas violentas de la historia de Estados Unidos, los disturbios que tuvieron lugar en Detroit (Michigan) durante el verano de 1967, cuando una redada rutinaria de la policía desencadenó un infierno y transformó la ciudad en una autentica zona de guerra. Saqueos, incendios y 7.000 detenidos en cinco días de locura salvaje que se saldaron con 43 muertos y más de 2.000 heridos. El argumento se centra en el llamado “Incidente del Algiers Motel”, un edificio situado aproximadamente a un kilómetro y medio al sureste de donde comenzaron los disturbios. En este lugar, tres civiles –todos hombres negros– murieron y otras nueve personas –dos mujeres blancas y siete hombres negros– fueron brutalmente torturados por miembros del Departamento de Policía de Detroit, la Policía del Estado de Michigan y la Guardia Nacional del Ejército de Michigan, después de que se recibiera un informe referido a un disparo en las cercanías del motel.

Protagonizada por John Boyega, Jack Reynor, Hannah Murray y Anthony Mackie, el guion confirma la senda seguida por Bigelow junto al guionista Mark Boal, firmante de las dos películas anteriores, “En tierra hostil” y “La noche más oscura”.

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