TERESA MOLERES
SORBURUA

Huevos frescos en el jardín

Criar gallinas en el huerto o en el jardín puede ser una buena idea para tener huevos frescos, compañía y, además, un plus de limpieza. Las gallinas sueltas tienen mala fama, porque les gustan las lechugas, los brotes jóvenes y desentierran los bulbos mal plantados, pero aquí no se trata de criar gallinas en cantidad sino unas dos o tres, sin necesidad de adoptar un gallo que solo sirve para fertilizar los huevos y tener pollitos.

Una gallina sola se aburrirá y tres darán bastante trabajo, por lo que, para comenzar, serán suficientes dos de unos 5 o 6 meses y de la misma raza. Las adultas en primavera ponen un huevo diario, comienzan en marzo-abril hasta el otoño, cuando renuevan sus plumas. Entonces, durante seis semanas, según la edad de la gallina, dejan de poner huevos, para volver a comenzar el ciclo. En invierno, con menos luz diurna, ponen menos huevos.

Cada ejemplar necesita de medio metro a uno de espacio. Teniendo esto en cuenta, construiremos el gallinero de madera o ladrillo, con el suelo de tierra batida y con una ventana con rejilla para que entre la luz y aire. Como puerta, una trampilla elevada sobre el suelo con una tabla inclinada de acceso que les facilita salir y entrar. Dentro, necesitan una percha a 1,20 metros del suelo y de cinco centímetros de diámetro para que no se deformen las patas. En el suelo, un recogedor de excrementos que aprovecharemos para compost. Además, pondremos dos cajoneras con heno para que duerman confortablemente y un abrevadero con agua fresca y un comedero.

Las gallinas en libertad picotean larvas, insectos, gusanos y pétalos de flores. También comen restos de verdura, pero siempre evitando la carne, ya que las excita. En invierno, es recomendable darles bolas de pan duro remojado en agua caliente con una cucharada de aceite y, para obtener el calcio, que necesita la cáscara del huevo, conchas de marisco machacadas. Como necesitan mucha agua, es preciso renovarla del abrevadero hasta dos veces en verano. También agradecerán varios recipientes con agua diseminados por el jardín.

Luego solo queda escoger la variedad más interesante por la belleza de su plumaje: blancos puros, anaranjados, negros y blancos...