XANDRA ROMERO
SALUD

Estar delgado no es sinónimo de salud

Es matemático cuando vamos a la revisión médica de la empresa: «Su peso es X, su altura X, por lo que su IMC o índice de masa corporal es no sé cuál, lo que indica que tiene usted sobrepeso». ¡Y nosotros que creíamos que solo nos sobraban unos kilitos! Yo esperaría a empezar a alarmarme en el cuestionario posterior, en el que el médico pregunta si eres o no una persona activa y si haces ejercicio físico. Y es que realmente es esta última respuesta la que importa; más que el dichoso IMC, que hace ya tiempo que sabemos que no es un dato muy objetivo.

Todo esto lo recoge un estudio de la American Journal of Cardiology que concluye, sin paños calientes, que los delgados sedentarios tienen un riesgo cardiovascular similar al de los obesos.

Así pues, en este estudio observaron que las personas con un peso saludable que realizaban un mínimo de actividad física tenían un riesgo 58% menor de ataque cardíaco o derrame cerebral que las personas con sobrepeso. Sin embargo, si esas mismas personas llevaban una vida sedentaria la mayor parte del tiempo y hacían muy poco ejercicio, el riesgo de estos eventos era prácticamente similar al de las personas con sobrepeso.

Pero, ¿a qué llamamos peso saludable y por qué? Los investigadores del estudio, al igual que los médicos de la revisión laboral, clasificaron como personas con un peso saludable a aquellas con un índice de masa corporal de 18,5 a 24,9, y con sobrepeso si su IMC era de 25 a 29,9. Sin embargo, esta clasificación no siempre se ajusta a la realidad y por eso no siempre es una medida objetiva.

La razón de estos resultados sorprendentes es que averiguaron que alrededor del 30% de las personas con un IMC de rango normal tenía un alto riesgo de eventos cardíacos por tener, entre otras cosas, una cantidad excesiva de grasa acumulada alrededor de ciertos órganos y esto generaba más del doble de probabilidades de sufrir un evento cardíaco que los participantes con un IMC normal y sin gran parte de esta grasa.

Y como muestra otro botón: hace tiempo algunos investigadores del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (y no han sido los únicos) detectaron un alto porcentaje de personas estéticamente delgadas que acumulaban en su interior altas cantidades de grasa visceral (la que se adhiere a los órganos). En la investigación que llevaron a cabo encontraron que alrededor del 30% de las personas obesas mantiene índices de grasa subcutánea buena y no desarrollan enfermedades metabólicas y que, por el contrario, un porcentaje significativo de personas delgadas, sin grasa subcutánea aparente, acumulan una inadecuada grasa visceral en su cuerpo.

El problema es que esta grasa visceral se coloca en la zona interna del abdomen, rodeando los órganos internos. Cuando eso ocurre, se dispara el riesgo de que la grasa provoque enfermedades como la diabetes, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares y también otras afecciones, como algunos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias y pulmonares.

Asimismo, sabemos también que el tejido graso contribuye al desarrollo del cáncer, puesto que el crecimiento de tumores y metástasis requieren la interacción de las células tumorales con el tejido de alrededor y, como tal, el tejido adiposo excesivo aumenta el riesgo de desarrollo de cáncer e influye negativamente en el pronóstico de varios tipos de cáncer, en parte debido a la interacción con las células grasas.

En otros estudios, por ejemplo, también se ha detectado que independientemente de la clasificación por IMC del estado de salud (normopeso, sobrepeso y obesidad), el simple hecho de tener grasa visceral se asocia con el riesgo de padecer ácido úrico elevado. Por lo que conviene que empecemos a erradicar la idea de identificar la grasa como algo poco saludable. Es un error tremendo, porque la grasa es imprescindible para la salud. El problema es cuando aumenta sobremanera y, sobre todo, cuando se sitúa donde no debe e interacciona negativamente en el organismo desencadenando o coadyuvando a ciertas enfermedades.

Así que, recuerda: quizá te molesta tener o ver esos “michelines”, pero puede que si no los tienes tu nivel de grasa visceral sea importante y eso sí que no se ve a simple vista.

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