BERTA GARCIA
CONSUMO

Pisos de estudiantes

En plenta temporada de vuelta a clase, muchos jóvenes andan en busca y captura de un piso de alquiler o de una habitación donde vivir todo el curso. La verdad es que lo tienen difícil ante la escasa oferta de pisos y, para colmo, los altos precios que agudizan el problema, sin olvidar el grado de alerta que deben mantener para evitar fraudes. Con todo, los consejos básicos siempre vienen bien porque el riesgo cero no existe y sobre todo en aquellos anuncios en los que solo se facilita un número de teléfono o dirección de internet. Es evidente que no se debe adelantar dinero sin haber visto el inmueble y sin saber en qué condición se alquila, pues no es igual alquilar una habitación al propietario que a otra persona que va en calidad de subarrendador.

En el tipo de contrato de alquiler por temporada se dan una serie de condiciones distintas al de arrendamiento urbano, ya que el meollo no está en el plazo de duración sino en su finalidad, y tal como establece la ley, «fundamentalmente el contrato se regirá por la voluntad de las partes» (ver LAU 29/1994, arts 2 y 3).

Pero ojo avizor porque las partes son dos y ambas opinan. Pueden darse dos supuestos a la hora de formalizar el contrato: uno, que el alquiler lo asuma una sola persona en cuyo caso tan solo ella será la única responsable a todos los efectos. O dos, que sean varias y que todas firmen para que el arrendamiento sea solidario y de esta forma sean los coarrendatarios los responsables y cada uno responda de la totalidad de la renta en caso de impago, independientemente de que uno haya satisfecho su parte. En este caso, para cualquier acción siempre será necesario el consentimiento expreso de cada uno de ellos.

Sobre la fianza, en este tipo de alquileres suele primar el aval de garantía más que el depósito de una o dos mensualidades, y suelen ser los padres los que avalen con la finalidad de que se cumplan las condiciones económicas. Para evitar malos entendidos, conviene hacer inventario del mobiliario y estado de la casa, ya que de esa forma queda constatada al mínimo la posible penalización a final de curso.