TERESA MOLERES
SORBURUA

Cuidados en enero

Aunque el jardín ya ha comenzado a hibernar, lo esencial del trabajo de este mes es preparar el terreno para la plantación que realizaremos cuando los días comiencen a mejorar para tener la oportunidad de disponer de flores en los primeros días de primavera.

El césped pide poco cuidado durante el invierno; sin embargo, si se nos han olvidado los cuidados mínimos antes de una helada, los haremos ya. Hay que efectuar el último corte de hierba sin olvidar arreglar bien los bordes. También aprovecharemos para extender un producto anti-musgo compuesto de sulfato de hierro, el musgo ennegrece y se seca. Además, hay que barrer los montículos pequeños formados por los excrementos de los gusanos de tierra, pasar el escarificador para airear el césped y acabar quitando las hojas muertas con un rastrillo. Si la hierba esta helada o con nieve, evitar pisarla por precaución.

Para cuidar los setos, se retira la hierba a sus pies, y se rastrilla un poco la superficie. Si el seto está desequilibrado, se puede cortar por un lado a 20 cms del tronco y echar un abono a base de azote o nitrógeno, para luego regar generosamente. El año que viene haremos la misma operación por el otro lado. Así, en cuatro años, el seto tendrá una apariencia armoniosa. Los rosales necesitan un tratamiento preventivo contra la roya y las manchas negras; sirve pulverizarlos con caldo bordelés. Es importante no olvidar cubrir los pies con un montículo de tierra para proteger las raíces del hielo.

Desde primeros de año es una buena época para multiplicar las raíces de algunas vivaces como los lupinos: sacar parte o toda la planta de la tierra y separar las raíces sanas del tocón para replantarlas; cortarlas en bastoncitos de unos 5 cms. y colocarlas en horizontal en una caja con una mezcla de tierra y mantillo para después cubrirlos con la mezcla; guardar la caja cubierta y regar con frecuencia. Antes de plantarlos, verificar el estado de los bulbos de lirios; si aparecen algo secos, colocarlos en una cajonera y regarlos con frecuencia y, cuando recobren su apariencia normal, plantarlos en una mezcla de mantillo de hojas y arena. Vigilar los rizomas y tubérculos de algunas plantas como las dalias de la temporada pasada, suprimir los que tengan moho y, si no lo hicimos antes, espolvorear ahora con flor de azufre.