Aritz INTXUSTA
EXPOSICIÓN DEL REGIMIENTO AMÉRICA 66

La Policía toma la Ciudadela ante la repulsa generada por el América 66

Rara vez algo genera tanto revuelo como para que Iruñea sea noticia en el Estado. Sin embargo, la cesión de espacios para la exposición del Regimiento América 66, autor de las violaciones de Valdediós, superó esa barrera. Ni 25.246 firmas bastaron para impedirlo. Mientras, en Alde Zaharra, se honró a las víctimas de los acuartelados en Aitzoain.

Faltaban dos horas largas aún para que se inaugurara la exposición. Un vehículo patrulla de la Policía Municipal daba vueltas y vueltas por el interior de la Ciudadela. Dos militares de uniforme montaban guardia en el Polvorín mientras una docena de policías, vestidos de paisano, vigilaban en grupitos el interior del recinto iruindarra. Tenían noticia que, a las cinco, habría una protesta que, finalmente, se desconvocó. Diez minutos antes, entró por la puerta una «lechera» de la Policía española, junto con otra decena de policías a pie. El jefe del grupo se arrimó a los de paisano. «¿Qué, te saludo o no te saludo?», preguntó antes de acabar cuadrándose.

Otro grupo bien diferente, compuesto de diez personas disconformes, muchas de ellas de plataformas memorialistas, estaba sentado en un banco. La Policía les rodeó y les pidió identificarse. Ellos se negaron y, tras unos minutos, la Policía accedió a no exigirles el carné si se dispersaban. El mando que ordenó rodearles dio órdenes por el talkie: «A las puertas; ¡qué no entre ninguno más de ese gremio o clase!». Y así, se cortaron todas las entradas, se exigió el carné a todo aquel «del gremio» y hasta se registraban mochilas. Faltaba aún hora y media para que la exposición se inaugurara.

Firmas y antimilitaristas

El Ayuntamiento de Iruñea decidió seguir para adelante con la exposición que ensalza los 250 años de historia del Regimiento América 66 -que tras el alzamiento se dividió en las famosas Brigadas Navarras que sembraron de muerte todo el Frente Norte- a sabiendas de que se ha generado un enorme malestar social. Prueba de ello es que, ayer por la mañana, una iniciativa popular había presentado 25.246 firmas pidiendo que se paralizara.

Con la Ciudadela tomada por agentes de paisano y uniformados, policías desplegados en los puestos de vigía del fortín iruindarra y cuatro furgonas esperando junto al Baluarte, cuatro activistas del movimiento KEM-MOC llegaron repartiendo propaganda antimilitarista convertidos en hombres-anuncio. Los agentes que vigilaban la puerta les negaron el paso. Lo curioso fue el motivo que alegaron. «Nos dicen que no podemos pasar porque dentro hay gente con ideología muy diferente y que habría problemas de seguridad», denunciaba uno de los miembros del KEM-MOC. La excusa hacía saltar la risa de sus compañeros, porque había policía más que de sobra.

Sí que lograron cruzar el cordón Ioseba Eceolaza y la concejala de I-E, Edurne Eguino. Su formación ha denunciado la exposición por atentar contra la memoria histórica. Tras poder verla en directo, afirmaron que su denuncia gana peso. Comentaban que destacar las medallas adquiridas por sus hechos tras el alzamiento supone humillar a las víctimas y que decir que el América 66 fue «eficaz» en 1936 es una barbaridad. Eguino también recordó que el Pleno del Ayuntamiento votó en contra de la cesión de los locales.

Lo cierto es que, dentro de la exposición, el Ejército se había afanado en borrar cualquier rastro de Valdediós y las andanzas de las Brigadas Navarras, esas que avanzaban con gran facilidad gracias a la cobertura aérea que le ofrecía la Legión Cóndor. En un intento de desviar la atención, el comandante que explicó la historia del Regimiento a las autoridades que acudieron a la inauguración señaló que el Regimiento también luchó bajo bandera republicana. Eso sí, fue para aplastar la revolución en Asturias de 1934. El coronel Solchaga mandaba el Regimiento, pero el general que lideró la represión salvaje contra los socialistas y anarquistas fue Franco.

El panel sobre la guerra del 36 buscó lo políticamente correcto con una frase memorable, al decir que el Regimiento sostuvo «durísimos combates contra un oponente que tiene el mismo valor y hace gala del mismo heroísmo, no en vano son españoles unos y otros».

Finalmente, la representación de autoridades quedó al mínimo. El único cargo de UPN que acudió fue el parlamentario Carlos Salvador. Por el PP estuvo la delegada, Carmen Alba, la parlamentaria Amaya Zarranz, la edil Cristina Sanz y el senador José Ignacio Palacios. Yolanda Barcina y el alcalde de Iruñea hablaron en favor de la muestra -Enrique Maya dijo que había que estar «orgulloso»- pero parece que, al final, no soportaron el bochorno.

Mientras tanto, el Autobús de la Memoria y otras asociaciones organizaron una charla en Zabaldi, donde explicaron las atrocidades del América 66. Allí, el profesor asturiano Rubén Vega relató cómo violaron y mataron a once enfermeras de un manicomio. Sus cuerpos los recuperó de una fosa la sociedad Aranzadi, pero aún quedan restos sin identificar. Había 17 personas.

Vega aseguró que Valdediós es el gran hito de la represión en Asturias, donde hubo 7.000 muertos fuera de los combates. La macabra historia se reconstruyo con testigos, hijos de las mujeres violadas que recordaron al comandante Molina Carreño con su cara marcada por una bayoneta y, también, lo que les hizo a sus madres.