Oihane LARRETXEA
DONOSTIA
USO EFICIENTE DE LOS RECURSOS EN EUROPA

Separar todas las fracciones y acotar la incineración, deberes vinculantes

La Eurocámara aprobó ayer el informe sobre el uso eficiente de los recursos para avanzar hacia una economía circular. Entre las peticiones que tendrá que atender Bruselas, la obligación de separar la materia orgánica y la prohibición de incinerar materiales reciclables para 2020. Además, debe revisar su legislación en materia de residuos este 2015.

Por 394 votos a favor, 197 en contra y 82 abstenciones, el Parlamento Europeo dio ayer luz verde al informe «Sobre el uso eficiente de los recursos: avanzar hacia una economía circular». El documento pide a Bruselas un cambio sistémico ante la escasez de recursos, para lo que se han fijado ciertos objetivos vinculantes que abordan, entre otros aspectos, la reducción de residuos, la modernización de la legislación sobre diseño ecológico y la ruptura de la correlación entre crecimiento y el uso de los recursos naturales.

El año 2050 es el horizonte marcado en rojo para que el uso de los recursos sea sostenible, lo que implica, en primer lugar, «una reducción en términos absolutos del consumo», recoge el documento. También se apuesta por un circuito cerrado de los recursos no renovables y el incremento del uso de las renovables.

Tras la votación, el europarlamentario Josu Juaristi valoraba de forma positiva que el informe fuera aprobado y que los requerimientos a Bruselas sean vinculantes. Los estados miembros, por lo tanto, deberían obedecer y aplicarlos.

La obligación para recoger de forma selectiva la materia orgánica y limitar la incineración a los materiales no reciclables y no biodegradables para el año 2020 también fue subrayado por Juaristi en declaraciones a GARA.

Sirpa Pietikäinen, ponente del texto del partido popular finlandés, consideró en la Eurocámara que «estamos ante un cambio de paradigma, una transformación sistemática que también es una gran oportunidad para las empresas». Y, es que, la aplicación de los objetivos vinculantes en materia de reducción de residuos podría generar hasta 180.000 puestos de trabajo. Por otro lado, el incremento de un 2% de la productividad de los recursos generaría 2 millones de empleos para 2030 en la Unión Europea.

Diferentes etapas

El documento ha fijado varios plazos. El más inminente, para este mismo 2015: antes de que termine el año, la Comisión Europea debe revisar su legislación en materia de residuos. La revisión, además, debe incluir la obligación de reciclar la materia orgánica y la limitación de la incineración «con o sin recuperación de energía» exclusivamente a materias no biodegradables ni reciclables. Ambas se deben cumplir antes de 2020.

Los siguientes «deberes» se fijan también para 2020: la reducción obligatoria y progresiva del vertido de residuos hasta lograr la prohibición total del depósito en vertederos. Se considera progresiva porque 2025 y 2030 son las siguientes dos etapas fijadas para este cometido.

2030 es también el año fijado para que se reciclen el 70% de los residuos sólidos urbanos y el 80% de los envases. Estas cifras, tal y como recordó Juaristi en la sesión de debate de este pasado lunes en la Eurocámara, ya las han conseguido hace años en algunos municipios de Gipuzkoa, lo que constata que «los objetivos son realistas y perfectamente realizables».

Desde EH Bildu, la valoración también fue positiva. La coalición consideró que el nuevo diputado general, Markel Olano, tendría que tener en cuenta los nuevos objetivos de Europa, después de que anunciara que retomará la construcción de la incineradora en Zubieta.

Alargar la vida de los productos

El informe destina un apartado específico para abordar la importancia de alargar la vida útil de los productos y evitar así que se generen otros nuevos. El documento aprobado contempla una política que además de la durabilidad de los productos, incremente la posibilidad de reutilizarlos y de reciclarlos, algo que queda determinado en la fase del diseño. Por ello, el Parlamento Europeo pide a Bruselas un plan de trabajo «ambicioso» en materia de diseño ecológico, así como que se revise la legislación actual antes de 2016.

Para garantizar que se cumplen las condiciones, el informe propone la creación de un «pasaporte» de producto obligatorio para su diseño, la aplicación de autocontrol y la auditoría por terceros para garantizar que los productos cumplen estas normas.

Por último, pide a la Comisión Europea que desarrolle medidas contra la obsolescencia programada y que siga desarrollando normas sobre productos para la economía circular, que incluya el reacondicionamiento, la reparación y facilidades para el desmontaje. O.L.