Las autoridades procedieron ayer a evacuar las zonas residenciales próximas al lugar donde el miércoles se registraron las explosiones ante el riesgo de contaminación por propagación de sustancias tóxicas. La catástrofe ocurrida en el puerto de Tianjin ha costado la vida, al menos, a 104 personas.

A primera hora de la mañana se escucharon nuevos estruendos y, acto seguido, una espesa columna de humo negro se proyectaba hacia el cielo, tal como relató la agencia estatal Xinhua.

La misma fuente indicó que la evacuación, en un radio de tres kilómetros, fue llevada a cabo por la Policía después de haberse detectado cianuro de sodio, un componente químico altamente tóxico, en el área de la tragedia, donde todavía se observaban llamas.

Algunos medios informaron de que en el almacén químico del puerto había al menos 700 toneladas de ese producto.

Máscaras antigás fueron distribuidas al personal de los servicios de emergencia que entraban en la zona afectada, por donde transitaban decenas de camiones de bomberos. Allí se notaba cierto olor acre y eran incontables las ventanas que presentaban los cristales rotos, reflejo de la violencia del impacto inicial.

El Gobierno chino ordenó el despliegue en Tianjin de más de 200 militares expertos en armas químicas y nucleares, y reunió también a los de varias compañías que fabrican compuestos químicos para que aporten sus conocimientos.

Lecciones a extraer

En una declaración escrita que fue difundida ayer, el presidente chino, Xi Jinping, asumió que las explosiones de Tianjin, así como una serie de accidentes industriales recientes, han evidenciado «serios fallos en el campo de la seguridad en el trabajo» y que, por ello, hay que sacar «profundas lecciones».

Por su parte, familiares de bomberos desaparecidos expresaron su angustia y enojo ante las autoridades locales que ofrecían una rueda de prensa en Tianjin. «No tenemos ninguna información, el Gobierno no nos dice nada», gritaba una mujer mientras era desalojada por la fuerza.

Entre las víctimas mortales, hay al menos 21 bomberos. En total, 722 personas han sido hospitalizadas, de las cuales 58 se encuentran en situación crítica.