Amparo LASHERAS

La semana que desaparecí

Una desaparece unos días y la actualidad se vuelve loca en acontecimientos desbordantes: el recrudecimiento del genocidio de Israel contra el pueblo palestino; los refugiados y migrantes que ya no abren portadas pero que siguen muriendo bajo la amenaza de un invierno poco humanitario y de una UE que crece en desprecio y xenofobia, o la polémica dimisión de la presidenta del PP en la CAV, Arantza Quiroga, por cambiar una palabra de su discurso hacia lo que ella entiende por «paz» en un trozo de «su España». Y por fin, la ilusionante imagen de miles de catalanes, mujeres y hombres, ejerciendo la desobediencia ante una decisión del Gobierno español de juzgar a miembros de la Generalitat por poner en práctica el derecho a decidir en la consulta del 9N. La comparecencia de Mas tuvo además un recuerdo de orgullo independentista y de clase al coincidir con el aniversario del asesinato político de Companys, presidente de la Generalitat, fusilado en 1940. Así, en este puzle de realidades diferentes para cada pueblo, se construye el mundo que nos toca vivir y sobre el que es urgente actuar para cambiar. Ya lo advirtió Chaplin en el film El Gran Dictador, estrenado también el 15 de octubre de 1940, en un tiempo donde la crisis, la indolencia política y la pasividad social convirtieron al nazismo y al fascismo en los dueños de Europa.