El Ibex no pudo superar los 10.300 puntos al cierre, aunque sí lo hizo de forma puntual al mediodía. Se atascó en su ataque a este nivel sicológico que, de batirlo finalmente, abriría otra etapa de alzas. La jornada, en verdad, dio poco de sí, ya que apenas hubo movimientos de interés, salvo en el precio del petróleo, todavía muy presionado a la baja, y el euro, que podría recibir un nuevo empujón hacia la paridad con el dólar cuando el BCE infle más su programa de compra de deuda el 3 de diciembre y la Fed dé luz verde a la subida de los tipos de interés.

Con todo, ayer se supo que el PMI manufacturero de Estados Unidos no cumplió con lo previsto al bajar hasta los 52,6 puntos desde los 54,1 puntos anteriores. Por el contrario, en Europa la actividad manufacturera y de servicios creció más de lo esperado, sobre todo en Alemania. Esta última referencia, sin embargo, pasaba casi desapercibida si miramos la tibia respuesta de los mercados.

El Ibex se replegó un leve 0,13%, hasta los 10.277,40 puntos. Los descensos eran algo superiores en París (-0,44%), Fráncfort (-0,25%) y Londres (-0,46%). En el Ibex, la balanza acabó casi plana al distribuirse los grandes valores en lados opuestos. Telefónica bajó un 2,21%, mientras que BBVA (+0,52%), Santander (+0,23%) y Repsol (+0,29%) lograron pequeños avances. No obstante, las caídas en el índice fueron encabezadas por ArcelorMittal (-4,27%), OHL (-2,49%) y Endesa (-2,33%). Entre los ganadores, sobresalieron Grifols (+2,12%) y Bankia (+1,89%).

Por su parte, en París los grandes perdedores fueron ArcelorMittal (-4,66%), Carrefour (-2,68%) y Unibail (-2,12%), al tiempo que Safran (+1,15%) acabó como el valor más alcista de la jornada.