Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

La empresa que planea abrir minas de potasa en Nafarroa se hunde en bolsa

La respuesta de la consejera de Medio Ambiente del Gobierno navarro a un parlamentario de EH Bildu sobre la mina de potasa de Muga provoca el desplome bursátil de la multinacional australiana que promueve el proyecto, que fue suspendida de cotización.

Highfield Resources, la empresa australiana que está detrás de la apertura de nuevas minas de potasa en Nafarroa, tuvo que ser suspendida ayer de cotización después de que sus acciones perdieran un 18% de su valor. El origen del desplome fue una noticia sobre el proyecto minero de Muga, entre Aragón y Nafarroa, en la que se recoge la respuesta de la consejera de Medio Ambiente, Isabel Elizalde, a una pregunta del parlamentario de EH Bildu, Dabid Anaut.

Ante el drástico desplome de las acciones, el Mercado de Valores de Australia (Australian Securities Exchange, cuyas siglas son ASX) decidió suspender la cotización de Highfields al mismo tiempo que solicitaba a la empresa una respuesta oficial sobre qué estaba pasando. El secretario general de la compañía, Donald Stephens, emitió un comunicado oficial en el que explicaba que el origen del desplome era una información de “Diario de Noticias” en la que se daba cuenta de la respuesta de Elizalde a Anaut con este titular: «El Gobierno propone a Geoalcali iniciar un proceso de participación sobre la mina en la zona de Sangüesa».

La información recoge las palabras de Elizalde sobre el necesario proceso participativo que debe pasar el proyecto minero. Asimismo, también indica que la consejera fue incapaz de precisar cuándo puede tener listos todos los permisos la empresa.

En su carta, Stephens carga con dureza contra esa información periodística, asegurando que «constituye una mera especulación». Además, se agarra a que el Gobierno navarro no es parte interesada en el proyecto, sino que la compañía está trabajando para obtener todos los permisos directamente con el Gobierno español.

No obstante, esta carta llega muy tarde. Tan importante como la caída en el valor de las acciones fue el volumen de participaciones que se negociaron, que ascendió a 3.735.750. Es difícil predecir qué ocurrirá a lo largo del día de hoy (la bolsa de Sidney reabrirá de madrugada en horario de Euskal Herria). Lo lógico es que los valores se recuperen un poco después del batacazo de ayer, aunque no hay muchos elementos para que el inversor se tranquilice. En realidad, poco se ha avanzado de cara a la apertura de la mina, que a día de hoy carece de declaración de impacto ambiental y permiso de construcción.

Las acciones de la empresa minera se cambiaban en los parqués a casi dos dólares a inicios de febrero, lo que suponía prácticamente el máximo histórico de la compañía, y ayer cerraron 1,21 dólares.

La sorpresa del parlamentario

Anaut, el parlamentario de EH Bildu que realizó la pregunta, se mostraba muy sorprendido de los efectos que la compañía atribuye a la información. «Nuestra intención era la de aclarar la situación. En la zona hay mucha expectación y hay quien está echando ya currículos. La mina se hará o no se hará, pero lo que está muy claro es que no va ser de inmediato. Hay que cumplir procedimientos y plazos», explicaba. Asimismo, el parlamentario no entendía por qué la puesta en marcha de un proceso participativo puede generar tanto revuelo en Australia.

GARA se puso en contacto también con los responsables de Geoalcali en Iruñea para preguntarles por los motivos de la caída bursátil. Jorge Chocarro, responsable de Asuntos Institucionales, insistía en que «el tema bursátil va por libre y no va siempre en relación con la realidad. Realmente, aquí no ha pasado nada y nosotros seguimos trabajando en los proyectos igual que hace tres días, cuando las acciones empezaron a bajar». Chocarro indicó que las fluctuaciones en bolsa no tienen por qué afectar al desarrollo de los proyectos y, por tanto, desde Geoalcali no hay «nada que comentar» sobre lo que sucedió ayer en la otra punta del mundo.

Highfield Resources, dueña de Geoalcali, además del proyecto de Muga, intenta abrir otra mina de potasa en Erreniega. Consiguió permisos de prospección en 2012 y determinó que en esos yacimientos hay 400 millones de toneladas de potasa. La compañía, en ese momento, disparó su cotización por el beneficio potencial. Ahora, cuando se empieza a ver que la explotación no será inmediata, el valor de las acciones se tambalea.